La dependencia al cristal lo hizo gastar aproximadamente 800 pesos diarios durante cuatro años, tiempo en el que invirtió en un año 292 mil, pues pensaba solamente en drogarse.
Es la historia de un joven que inició a los 16 años en las adicciones, hoy, con 20 ha comenzado a ver la luz al final del túnel y gracias a una intensa taquicardia por el abuso en el consumo.
Dicho ritmo cardíaco lo llevó a un consultorio médico en Ciudad Renacimiento, donde el doctor de apellido Giles lo orientó para que contactara a Centros de Integración Juvenil y lo ayudaran a salir de esa terrible pesadilla.
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“Quise salir yo solo de esta droga, pero lo intenté varias veces y recaía y recaía hasta que llegue a este lugar donde llevo más de un mes y me han hecho razonar y reflexionar con muchas ideas de cómo avanzar y sobresalir”.
Narró que a sus 16 años trabajó cuidando la casa de un familiar y amigos que caminaban por el lugar, le pedían el favor que los dejara entrar al baño donde ellos se drogaban con metanfetamina conocida como Cristal.
Dicha droga estimulante es muy adictiva, es un polvo que se puede presentar como una píldora o una roca brillante, la cual se puede ingerir o inhalar por la nariz.
“Ese fue el problema de tanto que pasaban me entró curiosidad y les pregunté cómo se sentía y ellos dijeron que bien y es ahí dónde poco a poco uno se va animando, estaba indeciso pero lo probé y me gustó”, recordó el joven.
Después entró a trabajar a una tienda donde laboró por más de 3 años, él subía los precios a los productos casi al doble para generar mayores ganancias y con ello comprar “el vicio” y fumarlo.
Él recomendó a todos los jóvenes no seguir los pasos de los que dicen ser “amigos porque un verdadero amigo no te deja probar drogas, y los que ya están en ellas que busquen ayuda profesional antes de que puedan poner en riesgo su vida y la de sus familiares" como fue su caso.
Actualmente tiene 20 años y acude diariamente a sus terapias al CIJ de diez de la mañana a dos de la tarde, de las cuales está agradecido porque han logrado que se haya alejado del consumo del cristal, a pesar de que hay días que entra en momentos de ansiedad, para los cuales toma un medicamento.
Aunado a ello se ejercita corriendo para mantenerse ocupado y evitar tener pensamientos negativos que lo orillen a volver al consumo de las drogas.