Artesanos de la Montaña con bajas ventas de ramilletes

Aseguran que se debe a la falta de devotos en el puerto.

Javier Tinoco Memije.

  · domingo 25 de marzo de 2018

Artesanos provenientes de la región Montaña de Guerrero, aseguraron haber tenido una baja considerable en la venta de ramilletes de palma durante el “Domingo de Ramos” en el zócalo de Acapulco, consideraron que esto se deriva de la falta de devotos y el incremento de vendedores.

Como cada año, apostados a los alrededores de la catedral de Nuestra Señora de la Soledad, los más de 50 artesanos entre hombres, mujeres y niños, comienzan desde muy temprano a manufacturar las artesanías hechas con palapas traídas directamente de los cerros de municipios como Zitlala, Mártir de Cuilapan, entre otros.

Cuestionado mientras elaboraba su producto, el joven de apenas 21 años de edad, Luis Ángel Tepec detalló que el trabajo comenzó desde el jueves, cuando junto con un grupo de 13 jóvenes se adentraron en las colinas de la comunidad de La Esperanza, municipio de Mártir de Cuilapan, para hacer la corta de la materia prima y agregó que con las ventas de este Domingo de Ramos no podrán ni siquiera cubrir los gastos de su traslado.

“Nos gastamos como mil 800 en venir desde allá los 14 en una urvan y ahorita no hemos vendido ni 300 pesos y tan solo los ramos se venden hoy domingo, después lo tenemos que tirar porque se seca y ya no sirve. Pero nosotros venimos también para divertirnos y si no sacamos dinero con los ramos pues nos vamos a poner a vender lucecitas en la playa”, señaló.

Por otra parte, el señor Pablo Capulín, oriundo de Zitlala, detalló que la elaboración de ramos y otros productos derivados de la palma es parte de una herencia familiar con la que ha podido llevar el pan a la mesa de sus hijos, quienes hoy también ya aprendieron a tejer.

Señalaron que este año el Domingo de Ramos no fue negocio, porque las ganancias se aminoran al tener que pagar el permiso a la Dirección de Vía Pública, pero aseguran que el año próximo continuarán con la tradición en sus familias de venir a Acapulco para vender sus productos.