/ sábado 27 de mayo de 2023

Tres Palos, pueblo de la ilusión y el rompe-catres

Existen varias versiones sobre el nombre del poblado que famoso también por el corrido de Simón Blanco

El poblado de Tres Palos, ubicado a 20 minutos del puerto de Acapulco, ha sido objeto de diversas versiones sobre el origen de su singular nombre, que ha dado pie a comentarios sarcásticos y que algunos lo conozcan con el sobrenombre del pueblo de la ilusión.

Sin embargo, pocos conocen su historia y que lo del “pueblo de la ilusión”, es solo parte del folklore de la región y que el mito nació a raíz de que antes, en la laguna se capturaba el cuatete, un pescado que se afirma es afrodisiaco, inclusive, se creó un platillo popular conocido como “el rompe- catres”.

También saltó a la fama a raíz del corrido de Simón Blanco. Fue un personaje que, según cuentan los mayores, llegó al pueblo a los 14 años de edad y se casó con una señorita de El Salto; del matrimonio nacieron: Ventura, Teófilo y Margarita Blanco de la O.

Relatan que era estimado por su lealtad y valor, y por haber formado parte de la defensa rural al mando de Demetrio Olea Valdovinos. Por diferencias personales con los hermanos Amado y Onésimo Martínez, fue atacado a traición en un baile y asesinado a tiros en 1938.

El secretario de Organización de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Alejandro Valente Pineda, originario de esa población, narró que por documentos históricos y por narraciones de los viejos habitantes, aquí estuvo el generalísimo José María Morelos y Pavón.

Lee también: Aunque escasea la pesca, el mar le sigue dando para vivir

A raÍz de ese entonces, apareció en el mapa y aunque solo se trataba de viviendas dispersas, en lo que hoy es la entrada principal, había tres árboles, un bocote, un tamarindo y un zapote, por lo que los nativos que iban a pescar, le empezaron a nombrar Tres Palos, esto se debe a que la gente de la Costa Chica, por regionalismo, llama a los árboles “palos”.

Por lo que pescadores y los caminantes, al referirse a este punto decían: descansamos al llegar a “Tres Palos”; de ahí su nombre. El lugar fue poblado por familias procedentes de la Costa Chica, entre ellas: los Morales, los Hernández, los Olea, los Muñoz y los García, allá por 1700.

Anteriormente se podía capturar el cuatete, supuestamente afrodisiaco. / Foto: Celso Castro | El Sol de Acapulco

En 1929, siendo presidente de la República, Emilio Portes Gil, recibió el nombre de cuadrilla de Tres Palos, y se dotó con 2 mil 305 hectáreas a la junta de campesinos, que estaba integrada por Demetrio Olea Valdovinos, Isidoro Morales, Julián Olea, Enrique Trujillo, Braulio Valeriano, y otros.

Durante la Revolución en el año de 1912 el general zapatista Silvestre Zequeida, originario del lugar, luchó, junto con el general Julián Blanco, en defensa de los campesinos contra Manuel Uruñuela, propietario de las tierras que iban desde el río Tuncingo hasta San Marcos.

Cuentan los viejos pobladores que en represalia, el terrateniente quemó el pueblo, teniendo que huir sus moradores. Se asentaron nuevamente en 1919 y se dedicaron a la pesca, pero también a la siembra del coco, mango y maíz.

Tuvieron que pasar varios años, hasta que en 1951 un grupo de ingenieros del Instituto Politécnico Nacional, dirigidos por el teniente Vicente González, trazaron el plano del poblado con las calles que existen en la actualidad.

El líder campesino, Valente Pineda, contó una anécdota de que a punto estuvo de cambiar de nombre, cuando por idea de Demetrio Olea, propuso que se le pusiera al pueblo: San José, pero como hubo oposición porque el general José María Morelos, lo recorrió y lo conoció como Tres Palos, en 1811, se acordó que se quedará con su nombre.

Tiempo después, a alguien le pareció gracioso referirse a Tres Palos, como el pueblo de la ilusión, el populacho lo tomó como un detalle gracioso y a la vez de promoción del poblado. Esto funcionó, porque hay más de tres que acuden a degustar un “rompe-catre” y están convencidos de que si hace milagros en la intimidad, incluso, hay versiones de que han aumentado el número de la familia.

Por lo que quien quiera visitar a Tres Palos, se localiza a orilla de la carretera Acapulco–Ometepec, aproximadamente a 20 minutos de la ciudad de Acapulco. Limita, al norte, con los ejidos de Playones, San Isidro y La Sabana; al sur, con la Poza y la Laguna; al oriente, con San Pedro Las Playas, y al poniente con Cayacos y Llano Largo.

El poblado de Tres Palos, ubicado a 20 minutos del puerto de Acapulco, ha sido objeto de diversas versiones sobre el origen de su singular nombre, que ha dado pie a comentarios sarcásticos y que algunos lo conozcan con el sobrenombre del pueblo de la ilusión.

Sin embargo, pocos conocen su historia y que lo del “pueblo de la ilusión”, es solo parte del folklore de la región y que el mito nació a raíz de que antes, en la laguna se capturaba el cuatete, un pescado que se afirma es afrodisiaco, inclusive, se creó un platillo popular conocido como “el rompe- catres”.

También saltó a la fama a raíz del corrido de Simón Blanco. Fue un personaje que, según cuentan los mayores, llegó al pueblo a los 14 años de edad y se casó con una señorita de El Salto; del matrimonio nacieron: Ventura, Teófilo y Margarita Blanco de la O.

Relatan que era estimado por su lealtad y valor, y por haber formado parte de la defensa rural al mando de Demetrio Olea Valdovinos. Por diferencias personales con los hermanos Amado y Onésimo Martínez, fue atacado a traición en un baile y asesinado a tiros en 1938.

El secretario de Organización de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Alejandro Valente Pineda, originario de esa población, narró que por documentos históricos y por narraciones de los viejos habitantes, aquí estuvo el generalísimo José María Morelos y Pavón.

Lee también: Aunque escasea la pesca, el mar le sigue dando para vivir

A raÍz de ese entonces, apareció en el mapa y aunque solo se trataba de viviendas dispersas, en lo que hoy es la entrada principal, había tres árboles, un bocote, un tamarindo y un zapote, por lo que los nativos que iban a pescar, le empezaron a nombrar Tres Palos, esto se debe a que la gente de la Costa Chica, por regionalismo, llama a los árboles “palos”.

Por lo que pescadores y los caminantes, al referirse a este punto decían: descansamos al llegar a “Tres Palos”; de ahí su nombre. El lugar fue poblado por familias procedentes de la Costa Chica, entre ellas: los Morales, los Hernández, los Olea, los Muñoz y los García, allá por 1700.

Anteriormente se podía capturar el cuatete, supuestamente afrodisiaco. / Foto: Celso Castro | El Sol de Acapulco

En 1929, siendo presidente de la República, Emilio Portes Gil, recibió el nombre de cuadrilla de Tres Palos, y se dotó con 2 mil 305 hectáreas a la junta de campesinos, que estaba integrada por Demetrio Olea Valdovinos, Isidoro Morales, Julián Olea, Enrique Trujillo, Braulio Valeriano, y otros.

Durante la Revolución en el año de 1912 el general zapatista Silvestre Zequeida, originario del lugar, luchó, junto con el general Julián Blanco, en defensa de los campesinos contra Manuel Uruñuela, propietario de las tierras que iban desde el río Tuncingo hasta San Marcos.

Cuentan los viejos pobladores que en represalia, el terrateniente quemó el pueblo, teniendo que huir sus moradores. Se asentaron nuevamente en 1919 y se dedicaron a la pesca, pero también a la siembra del coco, mango y maíz.

Tuvieron que pasar varios años, hasta que en 1951 un grupo de ingenieros del Instituto Politécnico Nacional, dirigidos por el teniente Vicente González, trazaron el plano del poblado con las calles que existen en la actualidad.

El líder campesino, Valente Pineda, contó una anécdota de que a punto estuvo de cambiar de nombre, cuando por idea de Demetrio Olea, propuso que se le pusiera al pueblo: San José, pero como hubo oposición porque el general José María Morelos, lo recorrió y lo conoció como Tres Palos, en 1811, se acordó que se quedará con su nombre.

Tiempo después, a alguien le pareció gracioso referirse a Tres Palos, como el pueblo de la ilusión, el populacho lo tomó como un detalle gracioso y a la vez de promoción del poblado. Esto funcionó, porque hay más de tres que acuden a degustar un “rompe-catre” y están convencidos de que si hace milagros en la intimidad, incluso, hay versiones de que han aumentado el número de la familia.

Por lo que quien quiera visitar a Tres Palos, se localiza a orilla de la carretera Acapulco–Ometepec, aproximadamente a 20 minutos de la ciudad de Acapulco. Limita, al norte, con los ejidos de Playones, San Isidro y La Sabana; al sur, con la Poza y la Laguna; al oriente, con San Pedro Las Playas, y al poniente con Cayacos y Llano Largo.

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