El taller de pintura del zoológico de Chilpancingo se ha vuelto un lugar de referencia no solo de esas instalaciones, sino de toda la ciudad.
Por si solo, el zoológico es uno de los pocos lugares de esparcimiento de los capitalinos, solo después del zócalo, la alameda Francisco Granados Maldonado y Galerías.
El taller de dibujo y pintura lleva más de 25 años sobreviviendo a las nuevas costumbres de los pobladores y de las nuevas actividades de distracción, incluso las nuevas tecnologías.
Este emblemático lugar por décadas ha ofrecido una nueva forma de diversos a los visitantes, el de ofrecer un espacios para que chicos y grandes ocupen un espacio para tomarse un tiempo para pintar un dibujo o simplemente para experimentar con los colores y los diversos juegos de pinceles.
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Quien ha encabezado este lugar, es Marcial Frías Organista, a quien muchos lo apodan entre bromas como el Chabelo de Chilpancingo, en referencia al comediante y presentador de televisión, quien es conocido por ser un devorador de años.
Muchos aseguran que así como conocieron a Marcial hace muchos años, pareciera ser que el tiempo no pasa en el, y se mantiene sin tantos cambios que va trayendo la vejez.
Ya muchos años después de la conformación del taller, Marcial menciona que se ha cumplido el objetivo de este lugar que ha inculcado a los niños sobre la apreciación del arte, ahora en tiempos en que los niños viven detrás de una pantalla de celular, o una simple tableta.
Los visitantes que acuden al zoológico, muchas veces solo van a jugar a ser artistas, y la caminata para observar a los animales que habitan en ese lugar queda en un segundo plano, ante la falta de algo novedoso en las instalaciones.
En sus inicios Marcial hacia los dibujos a mano y los vendía para que los visitantes los pudieran adquirir y después darle color con pinturas que desde siempre se han proporcionado en el lugar.
Con el paso de los años y para agilizar el trabajo, Marcial puso en marcha la técnica de la serigrafía, que consiste en un tipo de impresión ahora sobre cartulinas blancas.
En este papel se plasman personajes de caricaturas clásicas y otras del momento, como Dragon Ball Z, los Looney Toones y Miraculous. En un principio los dibujos se centraban en animales del zoológico, pero esto cambio porque había poco interés en colorear este tipo de animales y fue así como se ofreció otra alternativa a los clientes.
Cada dibujo tiene un valor de 10 pesos y después de pagarlos, los visitantes eligen una paleta para servirse pintura, y después elige sus pinceles.
En este lugar han estado políticos distinguidos, y ahora quienes regularmente lo visitan son estudiantes de preparatoria. Los chicos suelen pintar algo a sus parejas como un detalle de amor.