En un pequeño cuadro ubicado en la esquina superior de la pantalla, decenas de personas observan a Sacnité Damián mientras realiza su trabajo, es una intérprete de lengua de señas en el canal del Congreso de Guerrero.
Es licenciada en Educación Especial, y lleva más de 10 años como interprete; los últimos años se ha dedicado de lleno a llevar el mensaje que se transmite en las sesiones y actividades del Congreso.
Participó en la estrategia de aprendizaje denominada “Aprende en Casa”, que consistió en brindar el servicio educativo a distancia a los alumnos del nivel básico.
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Señaló que en esa etapa, en la que las actividades se realizaron por videollamadas o a través de la televisión a causa del distanciamiento social decretado por la pandemia de Covid-19, fue cuando se comenzó a visibilizar el problema que enfrenta la comunidad sorda al acceso a la información.
Diversas instituciones de gobierno, comenzaron hace un par de años a contratar a personas para que realizarán la interpretación de todo lo que se decía en un evento público, para que este pudiera llegar a este sector que ha sido considerado como “vulnerable”.
Considera que es una lengua que todo mundo debería de aprender para fomentar la inclusión, y para mejorar la interacción de las personas con los temas de interés público que se generan, y con ello hacerlos más participativos.
Muchas de las personas que observan el trabajo de Sacnite, dejan de lado el importante desgaste que implica esta actividad, y solo observan en su mayoría, movimientos de las manos.
Sin embargo, esto implica desgaste no solo físico sino mental, por lo que al menos en las sesiones del Congreso, tres personas tienen que irse rotando para retransmitir el mensaje. Ella considera que el mensaje tiene que ser claro, objetivo y fiel.