Con ramas secas y bejuco crea hermosos adornos navideños

Unas pinzas y un machete corto, son las herramientas de Don Eleuterio Calvario, quien vende sus productos en el Tianguis Chilapeño

Celso Castro | El Sol de Acapulco

  · martes 15 de noviembre de 2022

Su materia prima se la provee la naturaleza. / Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

Sentado y con sus pinzas al lado, don Eleuterio Calvario, oriundo del municipio de Chilapa, trabaja en la fabricación de un reno, usando como materia prima ramas de plantas secas, que ata con bejuco hasta darle forma.

Este artesano guerrerense se encuentra en el tianguis chilapeño, en la parte alta del mercado central, en su local ya lo adornan varias de sus obras, que tiene a la venta desde 50 pesos el más pequeño y hasta 300 pesos el más grande.

Aunque no dice quién le enseñó este oficio, refiere que el material lo selecciona y lo lleva hasta su local, en donde también la hace de taller y ahí, da rienda suelta a su creatividad y empieza por separar las ramas de las plantas.

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Una vez que tiene ya todo el material, empieza su magia y con tan solo unas pinzas, un machete corto y ramas de diversos tamaños, empieza primero por entrelazar las ramas, que deben ser delgadas y un poco verdes para que no se quiebren.

Sus obras las vende entre 50 y 300 pesos. / Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

Paso seguido empieza a darle forma, en este caso es un reno de aproximadamente un metro de altura, tarda dos horas y media en terminarlo, “claro, sin que nadie me distraiga y me dejen trabajar sin interrupciones”.

El comerciante, Eleuterio Calvario, indica que también elabora árboles de navidad del mismo material, nacimientos, y figuras navideñas, que son las que más piden en esta época del año, pero siempre usando el material que le da la naturaleza.

Confiesa que fue hace 35 años que se dedica a hacer figuras con ramas secas, que después vende en el mercado chilapeño, con precios al alcance de todos, por eso invitó a la población que los apoyen comprando sus artículos y obras que ahí fabrican, que “son hechas cien por ciento por manos guerrerenses”.