El puerto de Acapulco, sufrió a lo largo de su historia una importante transformación urbana que detonó a raíz de ser catalogado como el primer destino turístico de México, pero en esa medida también sus necesidades de servicios públicos se incrementaron; el principal fue el del agua potable.
A principios del siglo pasado, el pequeño pueblo costero, no tenía ningún problema de abasto del vital líquido, pues los cronistas de la ciudad, coinciden que las familias se proveían de pozos que perforaron en sus patios a cielo abierto o acudían a los manantiales públicos a abastecerse.
También en historias de los viejos nativos y las narrativas que se han escrito a lo largo de los años, refieren que las necesidades detonaron cuando empezaron a llegar las corrientes de turistas, atraídos por las bellezas naturales casi vírgenes, inundaban el naciente puerto de Acapulco.
Aunque, los arroyos que bajaban de los cerros era suficiente y no había problema de desabasto, sin embargo, en 1927, cuando se concluyó la carretera federal México-Acapulco, las autoridades no pudieron soslayar el problema que se avecinaba y es cuando se realiza el primer estudio de la topografía para dar el primer paso y crear el sistema del abasto del agua potable.
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El ex regidor, Javier Morlet Macho, en su acervo literario hay datos que apuntan, que, el gobierno municipal empezó un estudio para sustituir el traslado del vital líquido que se hacía a lomo de burro y en las populares carricubas, que eran tiradas por caballos y mulas.
Por cierto, fueron los pioneros en vender el agua a domicilio, pues la ofrecían en medidas de latas o cantaros de barro, que ya tenían contratadas y era bien remuneradas, por lo que era un negocio redituable, pero tenía sus días contados, cuando al atracar grandes barcos de carga y de pasajeros, demandaban altos volúmenes del vital líquido, lo que representaba un ingreso importante para la ciudad.
Es entonces cuando en el análisis de los manantiales, se consideran como fuentes de abastecimiento los de Palma Sola, La Aguada, Aguas Blancas y el Pozo de la Nación, en aquel entonces eran los de mayor importancia, por lo que se toma la decisión de construir el primer sistema de captación y se cuida que no afecte las finanzas del estado.
Después de hacerse el estudio topográfico, llegan a la conclusión de que el más viable es el manantial de Palma Sola, en donde no solo se considera que se trata de una fuente que se nutre de manera constante y que además, por estar en lo alto del cerro, el vital líquido bajaría por gravedad y esto significaría un importante ahorro en energía eléctrica.
Sin embargo, el proyecto estuvo suspendido por varios años, ¿La razón? Bueno, no se contaba con el recurso, por lo que fue hasta 1932, cuando finalmente, en donde hoy se encuentra la Unidad Habitacional Fovissste, se empieza a construir el primer Sistema Hidráulico de Acapulco, que se alimentaba del arroyo que bajaba del cerro El Veladero.
Fue el presidente de la República, Pascual Ortiz Rubio, quien inaugura esta fuente de captación y por vez primera se abastece a las primeras 50 familias con el servicio de la red entubada, con lo que se detona un servicio que eficienta el suministro del hídrico a la población.
Evidentemente, que los acapulqueños continuaron explotando los pozos, los manantiales y arroyos, pero la ciudad fue creciendo, además, las casas de adobe y teja, fueron siendo sustituidas por construcciones de concreto y al concluir el proyecto de la costera Miguel Alemán, obligó a buscar una nueva fuente de abastecimiento, pues atrajo a mas turistas.
En 1940, empiezan las exploraciones Geohidrológicas, que concluyen que lo ideal es explotar el arroyo conocido como El Chorro, que descendía del cerro hasta Las Hamacas, el cual también resultaría barato, en virtud que captaría por gravedad y no se utilizará tanto el bombeo ni será mucho gasto de energía eléctrica.
La Junta de Mejoras para el Saneamiento y Alumbrado, a cargo de Emilio Portes Gil, es la responsable de realizar la obra, para ello contrata a la compañía "Techo Eterno Eureka, S.A.", la que firmó el contrato a través de su representante legal el señor Manuel Suárez y dos años más tarde (1942) esta obra fue puesta en operación.
Cinco años más tarde, es decir, en 1946, siendo el nuevo presidente de México, Miguel Alemán Valdez, se expidió un decreto mediante el cual se creó la primer Junta Federal de Mejoras Materiales (J.F.M.M) en el país, con residencia en Acapulco, designando como su presidente al señor Melchor Perusquía.
A partir de este momento, no se detiene la exploración de nuevas fuentes de abastecimiento, que abarcó el río de La Sabana, en donde se construyeron 7 pozos someros, en 1950, pero sólo duraron tres años, pues fueron sustituidos por otros tres de los 16 pozos que se construyeron en el Sistema Hidráulico del Alto Río de la Sabana.
Pero la ciudad seguía creciendo, por lo que en 1969 nuevamente se hacen estudios y se define aprovechar el caudal del río Papagayo, por lo que se construye el sistema Papagayo 1, que consta de 12 pozos que aportan 500 litros de agua por segundo al puerto.
En 1972, se creó la Junta Administradora de Agua Potable y Alcantarillado (JAAPA), lapso en el que se construye el sistema Papagayo II, que cubrió la demanda del agua potable del puerto de Acapulco.
En 1977, se cambia el nombre de la JAAPA y se crea la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco (CAPAMA), cuando gobernaba el oriundo de Huitzuco, Rubén Figueroa Figueroa, que continúa operando hasta nuestros días.
