La época del glamour y de las grandes luminarias del séptimo arte, nació en la Ciudad de México, con la primera edición de la Reseña Mundial de Cinematografía en el Auditorio Nacional, pero la segunda muestra se trasladó al puerto de Acapulco, que le tocó ser anfitrión a partir de 1959 a 1968.
En aquellos años este destino de playa se convirtió en el impulsor del turismo en el país, con sus atractivas playas y la naciente industria sin chimenea, que iba a tono con la construcción de la costera Miguel Alemán y su aeropuerto internacional Juan Álvarez, puesto en operaciones en 1945.
El comité organizador estuvo integrado por Eduardo Garduño, Miguel Alemán Velasco, Miguel Álvarez Acosta, y los señores César Santos Galindo, Giácomo Baradino, Gregorio Wallerstein y Jorge Ferretis, que fueron pieza clave, principalmente este último, que fue literalmente el que logró traer esta reseña a este balneario del Pacifico.
Pero, además, mucho tuvo que ver el apoyo del presidente de la República, Adolfo López Mateos y del gobernador de Guerrero, Raúl Caballero Aburto, en traer esta muestra del cine internacional, con todas sus luminarias y se eligió al Fuerte de San Diego, para ser sede de la segunda reseña del séptimo arte.
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Según datos históricos, asistieron como invitados especiales, por parte de los Estados Unidos: Stanley Kramer, Anthony Franciosa, Shelly Winter, Shirley MacLaine y Pier Angeli; por Inglaterra: Alec Guinnes; por Francia: Daniel Gelino; por Italia: Silvana Pampanini y Elsa Martinelli.
Es así como del 25 de noviembre al 17 de diciembre de 1959, inicia esta historia con la presentación de las películas seleccionadas, por Alemania: Los hijos pródigos; por Bulgaria–Alemania: Estrellas; por Checoslovaquia: Huida en la sombra; por EU: Anatomía de un asesinato y Compulsión; por Francia: Los cuatrocientos golpes, Arquímedes el vagabundo, A doble vuelta y Los primos; por Francia–Italia–Brasil: Orfeo negro; por Gran Bretaña: Almas en subasta; por Italia–Francia: La gran guerra y El general de la Revore; por Japón: La fortaleza escondida; por México: Nazarín; por Pakistán: Se levantó el día; por Suecia: El rostro; y, por la URSS: El destino de un hombre.
Aunque es preciso aclarar que se compartió la sede con la Ciudad de México, seleccionándose al teatro El Roble, para proyectarse estas películas del cine internacional, a las que se galardonó con La Cabeza de Palenque, joya escultórica maya, que fue reproducida en oro para instituirla como premio simbólico a todas las películas participantes.
El comité organizador tuvo a bien que este galardón se hiciera entrega a los filmes que fueron ganadores de algún festival, como el de Cannes (Francia), Berlín (Alemania), Bruselas (Bélgica), Karlovy–Vary (Checoslovaquia), Mar del Plata (Argentina), Moscú (Rusia), San Sebastián (España) y Venecia (Italia).
Con esto se garantizó la calidad de las películas y que se mantuviera el nivel de las producciones, que atrajo la atención de una pléyade de artistas, millonarios e invitados especiales, que vestían de gala y glamour, además de la presencia de funcionarios de alto nivel del extranjero y del país.
Es importante destacar que, a pesar del cambio del titular del ejecutivo federal, la Reseña Mundial de Cinematografía se le dio continuidad, en esta ocasión por el apoyo del presidente Gustavo Díaz Ordaz, del gobernador de Guerrero, Raymundo Abarca Alarcón y el alcalde de Acapulco, Martín Heredia Merkley, que hizo posible que este destino de playa fuera escenario de este magno evento.
Durante su desarrollo, se tuvo también como sedes al Centro de Convenciones de Acapulco, el mismo zócalo porteño, pues se trató que disfrutaran de esta gala el pueblo en general, por tanto, había sedes para el glamour y para el populacho.
La décimo primera edición y última, se realizó del 19 de noviembre al 1 de diciembre de 1968, y formaron el comité organizador Hiram García Borja, como presidente, y como vocales Beatriz Stern, Eduardo Rojas, Fernando Macotela, Francisco Marín, Juan Guerrero, Luciana de Cabarga, Miguel Montesala, Miriam Caise de Xavier y Rubén Broido.
En esta ocasión los visitantes distinguidos fueron, por Checoslovaquia: Jeri Menzel; EU: Sharon Tate, Jim Brown, Tony Tandall, Adan West, Glenn Ford, Peter Yates, Genevieve Buyold, Groucho Marx y Tony Curtis; Francia: Jacques Perrin; Inglaterra: David Himmings, Trevor Howard y Joseph Losey; Italia: Hugo Tognazzi; y, Polonia: Roman Polanski.
Checoslovaquia exhibió: Verano caprichoso; EU: Bonnie y Clyde; Francia: Te amo, te amo; Gran Bretaña: Todo un día para morir y Pobre vaca; Hungría: El verano de la montaña; Italia: Como el amor; México: Patsy mi amor, Fando y Liz y Los recuerdos del porvenir; y, Yugoslavia: Inocencia sin protección.
Aún no se tiene claro que fue lo que originó que se suspendiera la siguiente edición, pues súbitamente al año siguiente, es decir, en 1969, cuando le quedaba un año de su administración a Gustavo Díaz Ordaz, se canceló.
Cabe destacar que los cronistas coinciden que la Muestra Internacional de Cine nació como sustituto de la Reseña Anual de Festivales Cinematográficos de Acapulco, y desde sus inicios cambió el glamour acapulqueño de los ‘50s por la difusión del cine de vanguardia nacional e internacional, reconocido por la crítica y los festivales alrededor del mundo.
El festín anual de más de veinte películas, transformó por completo el panorama de la exhibición de cine de arte en México y de modo especial la relevancia de la muestra, dejó de ser un evento social glamoroso y de elite como lo era el de Acapulco, para convertirse en el de mayor proyección cinéfilo por excelencia, poniéndose fin a una época dorada que se perdió con los años al igual que el viejo Acapulco.
