La educación, no sólo es el proceso de llevar a la práctica el binomio enseñanza-aprendizaje, basado en el desarrollo de las habilidades humanas, sino también va más allá al erigirse como uno de los ejes centrales en la definición e implementación de las políticas públicas de cualquier Estado.
Bajo esta tesitura, la educación ha sido y seguirá siendo pilar fundamental para el desarrollo social, cultural y económico de nuestro país, porque tal y como señala el artículo 3º de nuestra Ley Suprema “toda persona tiene derecho a la educación”, sin distinción alguna .
En el orden federal, la Secretaría de Educación Pública es la dependencia que se encarga de brindar condiciones que asegurar permitir el acceso de todas las mexicanas y mexicanos a una educación de calidad, en el nivel y modalidad que lo requiere y en el lugar que lo demandante
Y si bien sabemos que el actual gobierno federal ha puesto en marcha un ambicioso programa de becas para todos los estudiantes que están cursando un nivel educativo, también es cierto que este programa ha dejado de lado a las escuelas e ignorando las verdaderas problemáticas que acongojan al sistema educativo nacional.
Siendo este un desafío crítico tanto para la escuela como para los profesores y alumnos, ofreciendo un ineficaz ejercicio de este derecho humano debido a la falta de atención a las instalaciones educativas; es importante tener presente el adverso rezago educativo y la deserción escolar que se ocasionó a raíz de la pandemia del virus SARS-CoV-2, principalmente en las zonas rurales y marginales.
Al respecto, poco tiempo después del arribo del Covid-19 a México, el 25% de los estudiantes que habitan en comunidades rurales abandonaron de estudiar y el 75% de este grupo, lo hizo al no contar con acceso a internet.
Aunado con lo anterior según datos del INEGI 2.3 millones de personas entre 3 y 19 años no están inscritas en el ciclo escolar vigente por motivos asociados directamente a la pandemia y 2.9 millones de personas, por falta de dinero o recursos.
Ante desafíos de esa magnitud, el gobierno mexicano debería poner especial atención en los alumnos que han decidido abandonar sus estudios, pues eventualmente se verán afectados en su vida laboral, social y emocional. Sin embargo, la atención al tema pareciera no ser un asunto prioritario.
Aunado a lo anterior, un estudio reciente de la propia SEP reveló que de cada 100 niños que entran a la primaria solo 26 terminan la licenciatura. Ejemplificando cómo en cada etapa y en cada grado escolar los alumnos van abandonando su carrera estudiantil, y según los expertos esto se debe por la falta de recursos y falta de interés en las autoridades en reducir la deserción escolar.
Por ello, debemos poner al centro del debate público la educación, guiados por el sendero de la calidad y plena accesibilidad en este derecho humano, construyendo un sistema que beneficie a todos los estudiantes que persigan un mejor futuro, con estrategias como actualizar los planos de estudio y buscar guiar a los estudiantes a lo que realmente les apasiona desde una etapa escolar temprana, logrando captar su atención y disminuir las cifras de deserción escolar.
Sin duda alguna, es urgente reestructurar el sistema educativo nacional, tanto desde la visión ideológica como la organizativa, en aras de revitalizar a la educación como el motor de movilidad social de las próximas generaciones que guiarán el futuro de México.