El síndico administrativo y patrimonial del ayuntamiento Javier Solorio Almazán, lamentó que está administración, no cumpliera con los procesos legales para poner en funcionamiento el rastro tipo TIF, que se inició a construir en el 2016.
La obra del rastro de Inspección Federal (TIF), contó con una inversión económica superior a los 160 millones de pesos en un predio ubicado en el poblado de El Salto.
En entrevista, el síndico Javier Solorio Almazán, señaló que está administración, tenía que haber iniciado con el funcionamiento del rastro con la finalidad de terminar con el problema de los sitios de matanza de animales en sitios tolerados.
"El rastro lo teníamos que operar en esta administración, la misma empresa constructora, en varias ocasiones solicitó al municipio que recibiera las instalaciones ya concluidas, y con un sistema de maquinaria ya instalado, el cual podría sufrir un deterioro, y esto obligará a una nueva inversión económica posterior", expresó.
En Acapulco, se tienen ubicados un total de 62 rastros tolerados en zonas como colonias populares y comunidades rurales, en estos, se sacrifican desde cerdos, hasta aves de manera diaria en la ciudad.
Solorio Almazán, añadió que el rastro debió haber sido dado en concesión una vez que el municipio lo recibiera debió a que el ayuntamiento, no tiene la capacidad para su funcionamiento.