Tras afirmar que las autoridades tienen perfectamente identificados a los políticos y líderes sociales que fomentan la invasión de la reserva natural del Parque Nacional El Veladero, el técnico constructor y Ambientalista, Bernardo Salas Roldán, asegura que no se hace nada ni se respeta el decreto de 1980, condenando a esta área protegida a sufrir daños irreparables que la llevara a su extinción.
Reprochó que por intereses de unos cuantos, esta reserva natural que comprende una superficie de 3 mil 617. 61 hectáreas, que constituyen el anfiteatro de la bahía de Acapulco, este totalmente desprotegida y a merced de los invasores o también llamados "paracaidistas".
Esto a pesar que existe un decreto que se emitió en 1980, que a letra cita: "La Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca, será la encargada de administrar, desarrollar y preservar los ecosistemas y los elementos del Parque Nacional El Veladero. Así como vigilar que las acciones que se realicen dentro de este se ajusten a los propósitos del decreto", lo cual no ocurrió.
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Ejemplo de lo anterior, pone el reciente desalojo y recuperación de una extensa área que fue invadida por la zona que colinda con la Chinameca, en donde se destruyó flora endémica y se talaron árboles, provocando un severo daño incalculable al ecosistema.
El ambientalista, Salas Roldán, aseguró que es penoso que la ley sea letra muerta, toda vez que la invasión a la propiedad federal protegida es un delito que se paga con pena corporal, pero no se aplica y en la actualidad no existe nadie detenido por incurrir en este ilícito.
También, criticó que a pesar que la Semarnat alcanzó un acuerdo de coordinación con el Instituto Nacional de Ecología, La Secretaría de la Defensa Nacional, el gobierno del estado y el ayuntamiento de Acapulco, con el objeto de transferir la administración al estado de Guerrero por conducto del municipio, el Parque Nacional el Voladero, no se haya emprendido acciones de restauración, conservación, de desarrollo y vigilancia de esa área protegida.
Las invasiones han sido permanentes y el actuar de las autoridades de los tres órdenes de gobierno ha sido tardío, como ocurrió en la sección que fue desalojada y recuperada, donde se utilizó maquinaria pesada para hacer cortes de terrenos en el cerro y abrir vialidades, hasta la construcción de viviendas improvisadas.
Bernardo Salas reprocha, que aunque saben que personajes están detrás de la invasión, ahora no tienen ni idea a quién fincar responsabilidades y es obvio que será otro caso de impunidad, tal y como se estila en estos casos en los que se afecta a las áreas protegidas.
Por tanto, el Parque Nacional El Veladero está condenado, a pesar que las autoridades saben perfectamente que el permitir que se siga depredando, se romperá el equilibrio ecológico y se estará causando un severo daño al medio ambiente.
