Los panteones municipales, se encuentran saturados y sólo uno de los cuatro que administra el gobierno de Acapulco, cuenta con pocas hectáreas de tierra disponible para realizar aún algunas exhumaciones bajo los términos que marca la ley.
Son cuatro los camposantos que hay en el municipio, Las Cruces considerado como el más grande en cuanto a extensión de tierra y el más saturado por el número de bóvedas y gavetas que tiene hasta en los pasillos que hace décadas servían para el paso de peatones y hasta vehículos que ingresaban para trasladar los féretros con restos humanos que eran sepultados.
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Según autoridades de panteones y velatorios en administraciones pasadas como el ex directo Gerardo Sánchez Meza, en el gobierno encabezado por la magistrada Adela Román Ocampo, los panteones de Acapulco, tiene una saturación de por lo menos 150 mil bóvedas, gavetas, de cientos de nichos que fueron construidos como una opción ante la falta de espacios que se requerían para construir las fosas donde se sepultaba a las personas fallecidas.
El panteón de Las Cruces, tiene un registro de poco más de 45 mil bóvedas, por lo menos el 60 por ciento de estas, fueron construidas desde hace más de 25 años y cuentan con un gran adeudo económico por el concepto de la perpetuidad que marca la ley.
Otro de los panteones que es administrado por el gobierno de Acapulco, es el ubicado en los límites de la colonia Garita, mismo que también registra una saturación de bóvedas, debido a la mala distribución que se hizo de los espacios hace varios años.
Ante la falta de espacios, en los panteones como el de Las Cruces y la Garita, familias que cuentan con una perpetuidad, han realizado construcciones de tres, cuatro y en ocasiones hasta cinco bóvedas en un solo espacio, mientras que otras, han invadido los pasillos y algunas áreas que no eran consideradas para sepulturas.
El panteón San Francisco, es considerado el más antiguo de la ciudad, y en este no se cuenta con un solo espacio para llevar a cabo alguna nueva exhumación, de las que ya existen y que datan desde hace más de 40 y 50 años.
En el 2004, la necesidad de contar con un nuevo espacio, dio paso a la creación del nuevo panteón en Acapulco denominado “El Palmar”, ubicado en la zona del poblado El Quemado en un terreno de aproximadamente nueve hectáreas pertenecientes al ejido de ese lugar.
De las nueve hectáreas de tierra del Panteón El Palmar, actualmente quedan disponibles menos de cinco para ser utilizadas para realizar inhumaciones, por lo que es urgente trabajar en la propuesta de establecer un nuevo sitio para poder cubrir las necesidades que se pudieran tener en un tiempo no muy lejano en la ciudad.
La situación de los espacios en el panteón El Palmar, se complicó a partir del de marzo del 2020 con la pandemia del Covid-19, misma que provocó la construcción de poco más de mil 200 espacios en tres etapas para quienes perdían la vida a consecuencia de esta enfermedad.
A consecuencia de los fallecimientos por la pandemia del Covid-19, la saturación en los panteones, aumentó y esto obliga a las autoridades a considerar la ampliación de espacios en los camposantos.
Son más de 150 mil bóvedas que están rebasando la capacidad de los panteones de Acapulco, y sólo se puede considerar que se tiene poco menos de cinco hectáreas disponibles para las exhumaciones en toda la ciudad.
