Una denigrante postal ofrece el mirador de Sinfonía del Mar, por los cúmulos de basura y el pestilente olor que despide el proceso de descomposición de los desechos, que respiran turistas y residentes.
En un recorrido realizado por este acantilado que se encuentra a corta distancia de La Quebrada, pululan todo tipo de desechos, la mayoría son latas y envases de cerveza que arrojan gente inconsciente que ha tomado como cantina este espacio turístico.
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A esto habría que añadir el deficiente servicio de recolección de basura, que provoca que este espacio que debería estar dedicado a las actividades culturales y turísticas este en franca decadencia a pesar de los millones de pesos que se han invertido en su embellecimiento.
Los desechos no solo son los plásticos y vidrios sino que también los que negocios de bares sacan en bolsas negras a las esquinas de las calles, en espera de que el camión de la basura se los lleve, situación que se realiza diariamente.
A eso se le suma que los perros callejeros que viven por la zona esparcen los residuos en toda la calle, hecho que denigra más uno de los principales atractivos turísticos de Acapulco.
