En el marco del primer aniversario del asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora ocurrido en el estado de Chihuahua, feligreses de Chilpancingo se sumaron a la jornada nacional de oración en la que se pidió justicia para todas las víctimas de la violencia en México.
El sacerdote Benito Cuenca Mayo, estableció que en lo que va del actual gobierno son 157 mil muertos que ya dejado la delincuencia.
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“Lamentablemente los abrazos ya no alcanzan para cubrirnos de tantos balazos, por eso es el momento de exigir justicia para nuestros hermanos Jesuitas, pero también por los sacerdotes que han sido asesinados en esta diócesis y por todas las víctimas de la violencia”.
Indicó que como Iglesia están dispuestos a participar en los procesos de reconstrucción de paz pero se requiere de la voluntad de los gobernantes para que se les considere parte actuante, “tenemos mucho que ofrecer, tenemos mucho que podemos dar y está misa es solo una acción desde la que se llama justicia para los fallecidos, los desaparecidos y para sus familiares que los siguen buscando”.
Al frente del altar se colocaron fotografías de víctimas de la violencia, para que además de pedir por la justicia de los hombres también se elevara una oración por el perdón de sus pecados y el eterno descanso de sus almas.
