En el marco de la jornada de oración a la que convocó el episcopado Mexicano para pedir por los sacerdotes que han sido asesinados, este día llegó a Chilpancingo la Caravana por la Paz, que realiza un canal de televisión privado de corte católico, estos fueron recibidos por víctimas de violencia y miembros del centro de Derechos Humanos Minerva Bello.
Los feligreses recibieron la antorcha en las inmediaciones del hospital General Raymundo Abarca Alarcón, donde se realizó una oración por los enfermos y después caminaron hasta el albergue temporal que la Iglesia tiene cerca del nosocomio para apoyar a familias de escasos recursos.
El sacerdote Filiberto Velázquez Florencio del Centro Minerva Bello, indicó que en esta peregrinación participaron víctimas de la violencia, que reclaman justicia y atención gubernamental a sus casos, porque lamentablemente “Los abrazos ya no nos alcanzan para arropar a tanta víctima de la violencia”.
El clérigo indicó que el presidente de la República tiene razón en que no será sólo con policías como se habrá de combatir a la delincuencia, sin embargo también señaló que no se tiene una estrategia para atender el flagelo de la inseguridad, de la violencia que está causando desapariciones y asesinatos todos los días.
La Caravana por la Paz recorre los estados más violentos del país desde el 24 de junio que partió del Cerro del Cubilete, en Guanajuato, y en Guerrero ya visitó el municipio de TAxco Iguala y Tlacotepec, “la caravana busca llevar a todo México un mensaje de paz y el amor del Sagrado Corazón de Jesús”.
Resaltó que esta caravana inició tras el asesinato de los dos sacerdotes jesuitas, Joaquín César Mora Salazar y Javier Campos Morales, en Cerocahui, Chihuahua, en la recepción, Velásquez Florencio dijo que ojalá la antorcha con la luz que porta la caravana sirva para traer un poco de paz al estado y consuelo para las víctimas de la violencia.
Después ofició una misa en la capellanía de Nuestro Señor de la Salud de la Casa del Peregrino, donde, previo a la celebración religiosa, habló de la violencia y de la impunidad que hay en Guerrero y dijo que “los abrazos ya no nos alcanzan para arropar a tanta víctima de la violencia”.
