Acapulqueños calificaron como desafortunadas e irresponsables las declaraciones de la presidenta de Acapulco, Abelina López Rodríguez, sobre el tema de la violencia provocada por normalistas de la escuela Rural de Ayotzinapa el pasao viernes en la caseta de Palo Blanco de la Autopista del Sol.
Arturo Camacho Estrada, trabajador hotelero, que una autoridad, no puede solapar este tipo de acciones de violencia ocasionadas por presuntos estudiantes, porque no solo representa una mala imagen para el puerto, sino también ponen en riesgo la vida de miles de ciudadanos que se Encontré en el lugar durante el enfrentamiento.
Lee también: Hay delincuentes infiltrados en Ayotzinapa, advierte AMLO
“Es muy lamentable que la máxima autoridad de Acapulco, diga que no son delincuentes cuando hicieron uso de artefactos explosivos, se cubrieron el rostro, robaron autobuses, mercancías, destrozaron edificios y hacen uno de un tráiler para poner en riesgo la vida de ciudadanos y de los elementos de seguridad que están asignados al resguardo de las casetas de cobro”, dijo.
En este mismo, la ama de casa Patricia Estrada Pinzón, manifestó que no se puede tener una autoridad sentido que solape acciones de violencia cuando su responsabilidad es contraatacar este tipo de actos que sólo ocasionan grupos delincuenciales a los que no les importa la seguridad ni la vida de las personas.
“Acapulco es un puerto donde turístico se debe de garantizar la seguridad no sólo de los visitantes, sino de los propios acapulqueños, pero un acto de esta magnitud en la carretera por donde llega el mayor porcentaje de turistas, es lamentable y reprobable, que no debe de ser aceptado por ninguna persona menos por una autoridad como la presidenta Abelina López Rodríguez”, expresó.
Recalcaron que los normalistas cometieron delitos al pretender tomar la caseta de cobro de la Autopista del Sol bajo la agresión , el uso de artefactos explosivos y el robo de un tráiler del que hicieron uso para pretender retirar a los elementos de la Guardia Nacional, por lo que deben de ser castigados con la aplicación de la ley.