La tradición de invadir las calles del primer cuadro de la ciudad para la vendimia de juguetes cada 5 de enero, no fue un asunto que tuviera relación con la necesidad de la gente, sino un fondo político y cuyos actores centrales fueron cetemistas y del sector popular.
Según un dirigente de aquella época que pidió la omisión de su nombre, hace casi 40 años que, en el puerto de Acapulco, existían dos fuerzas que controlaban el comercio informal y el ambulante, por un lado, el sector que encabezaba la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y cuyo dirigente era Filiberto Vigueras Lázaro y de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), a cargo de Margarito García Larumbe.
Todo empieza hace 39 años, cuando finalmente se dona un predio para la construcción del mercado “Tepito”, que aglutina a todos los vendedores semifijos que invadían las banquetas del primer cuadro de la ciudad y esto dio pauta a que empezarán los conflictos de los dirigentes, por el control del lugar.
Entre los líderes estaba Eloy Polanco Salinas, cetemista de hueso colorado y Dalia Cerna de Abarca, ésta última tenía el control de los locatarios semifijos y nadie ocupaba un espacio del primer cuadro, sin su autorización, previo escrutinio sobre de quién se trataba la persona y si en realidad tenía necesidad.
Incluso, hay notas periodísticas de la lideresa, quien años después la conocen como la reina de las banquetas, que tenía un grupo de golpeadores que se encargaban de aplicar los “correctivos” a quienes se osaran a invadir las banquetas sin antes pedir permiso.
El grupo de García Larumbe, empezó a tomar fuerza y fue el único que llegó a enfrentar a la reina de las banquetas, con saldos de descalabrados y “chipotes”, pero así empezaron a disputarse el control de las calles, que se agudizó cuando la comadre de Dalia Cerna, se revela, si, se trata de Magda Adame Téllez, mujer de carácter fuerte y que tendría su propio grupo de golpeadores.
Fueron estas dos lideresas quienes iniciaron la invasión de las banquetas el 5 de enero, que también fue el origen de enfrentamientos entre vendedores, hasta que entró la autoridad municipal y con vigilancia de personal anti motín, se dividieron los espacios.
A partir de ese momento, se hizo tradición y representaba un buen ingreso para Dalia Cerna y Magda Adame, hasta que los grupos delincuenciales tomaron el control, encargándose ahora de exigir la cuota a cada locatario para permitirles trabajar.
Pese a los riesgos que esto representa, como es costumbre, las calles Melchor Ocampo, Mina, Parían, Cinco de Mayo y Velázquez de León, cobran vida y se tienen que cerrar las calles para que se puedan instalar aproximadamente 400 locatarios semifijos.
Estos arman sus locales provisionales a partir de las 10:00 de la mañana y están hasta las 6 de la mañana, es decir, el 6 de enero, lapso en que los “reyes magos” se vuelcan a comprar sus juguetes en este mercado informal que se instala en el primer cuadro de la ciudad.