En el puerto de Acapulco el desfile del Día del Trabajo, se remonta a principios del siglo pasado y el propósito era recordar a los mártires de Chicago, el cual era encabezado por obreros de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), pero el escenario se utilizaba para mostrar su fuerza en el país y se les sumaban trabajadores de la CROM.
Raúl Ramírez Gallardo viejo obrero cetemista, recuerda que, fue Filiberto Vigueras Lázaro, uno de los fundadores de la CTM en 1936 y aunque era dirigente de un sindicato minero en 1944, participó en las primeras paradas cívicas que aquí se realizaban, pero era obligatorio vestir totalmente de blanco.
Guerrero, era parte de las 32 federaciones estatales y regionales, así como de los sindicatos que se integraron al amparo de las siglas de la CTM, cuyo objetivo era organizar un gran movimiento obrero, para defender sus derechos y conquistas laborales, aunque está fuerza se utilizó también por sus dirigentes para acceder a cargos de elección popular.
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La organización del desfile se preparaba con antelación e Inicialmente, la concentración del contingente era a la altura de la playa Las Hamacas y se movilizaban con dirección al zócalo, al frente iban los secretarios generales de cada sección, en ese entonces los trabajadores eran de las hospederías y restaurantes que atendían al turismo nacional e internacional.
La instrucción era llevar una gran lona al frente y los líderes obreros, vestían guayaberas o trajes color caqui, así como pantalón blanco, caminaban al frente de la columna humana. Algunos contingentes llevaban cartulinas de apoyo a su secretario general de la CTM, Vicente Lombardo Toledano.
Ramírez Gallardo dice que estas marchas con el paso de los años, fue incrementando el número de contingentes, pues dejó de ser un movimiento exclusivo del sector obrero, aunque su fuerza fue notoria con la designación como secretario general de la CTM, Fidel Velázquez, en 1941.
A través del tiempo, las consignas fueron cambiando y empezaron a lanzar nuevas demandas por afectar el salario mínimo, por ejemplo, durante el sexenio del presidente, Carlos Salinas de Gortari, toda vez que en las administraciones de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverria Álvarez, era un riesgo protestar en contra del gobierno.
Es de resaltar, que hubo algunos presidentes municipales que acompañaron a los obreros durante su movilización conmemorativa por el Día del Trabajo, respetando siempre la arenga política y el espíritu de su motivación, que era exigir respeto a los derechos laborales de los trabajadores.
Los trabajadores de la CROC, cuyo dirigente era el perredista, Margarito Genchi, se sumó al desfile con sus propias consignas, por su parte, los maestros afiliados al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y los disidentes de la Confederación de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG), vinieron a modificar la parada cívica con los primeros conatos de bronca.
Al perder presencia el sector obrero, actualmente son otros sindicatos los que mantienen la celebración del desfile del primero de mayo, algunos respetan ir de blanco, pues ahora van con ropa casual y se ha perdido esa sobriedad que se le dio en sus inicios.
Después de dos años que se suspendió el desfile por la pandemia del Covid-19, se retoma en este 2023 y se harán nuevas demandas, pero todas tienen que ver con el mismo reclamo de más empleos, salarios dignos y mayores prestaciones, tras el deterioro del salario mínimo por la escalada de los precios de los artículos de primera necesidad, que empobreció aún más a los mexicanos.