Los tiempos han cambiado, las peluquerías han pasado de moda para dar paso a las barber o las estéticas, pero don Lucas sigue cortando el pelo al viejo estilo.
Su pequeño local está ubicado en la calle Durango de la colonia Progreso, en donde atiende a sus viejos clientes y se gana el sustento familiar.
Un tanto serio, pues no ha sido un buen día, dijo que es originario del estado de Michoacán, pero llegó al puerto de Acapulco a los 13 años.
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En aquel entonces empezó de "chícharo", que es como conocen a los aprendices de peluqueros, hasta que se hizo un experto en cortar el pelo.
A base de trabajo se independizó y puso su peluquería, en donde tuvo la oportunidad de contarle el pelo a artistas como a políticos.
Por cierto, comentó que empezó cobrando 50 centavos por corte de pelo y a pesar de esto subsistía.
En aquel entonces juntó dinero y compró su silla giratoria, que le costó mil 500 pesos, que era una suma importante.
En la actualidad, esta misma silla tiene un costo de hasta cien mil pesos, pues quedan pocas.
Padre de cuatro hijos, don Lucas le gusta mantener limpio su local, pues aunque de momento no tiene clientes, aprovecha para hacer la limpieza.
Admite que ahora hay una fuerte competencia por la gran cantidad de barber o las llamadas estéticas, que acaparan a los clientes.
Pero finalmente, es un convencido que todavía hay quienes les gusta ir a las peluquerías a cortarse el pelo y recibir un buen trato y platicar un poco del acontecer diario.