Peregrinan en busca de pet para subsistir

María y Francisco recorren calles de Acapulco para recoger envases y hacerse de recursos económicos

Francisco Zorroza | El Sol de Acapulco

  · sábado 25 de febrero de 2023

Recorren grandes distancias todos los días en busca de los botes. / Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

Como si pagara una deuda, María, sale todos los días desde hace varios años en busca de unas monedas que le sirvan a ella y su esposo Francisco que también la acompaña, a sobrellevar la vida en la tierra.

En primer viernes de cuaresma, se asocia el nombre de la mujer, al de la madre de Jesús que sufrió al ver a su hijo clavado y muerto en la cruz en el “Gólgota”, aquella colina que traducida al español se conoce como el lugar de la calavera.

Juntos pasan por peligrosas calles por donde circulan los bólidos taxis colectivos que, tripulados en algunos casos por cafres del volante, representan riesgo para ellos por su edad que no les permite esquivar fácilmente alguna unidad motriz que les salga al paso.

Ambos, salen por la mañana, recorren distintas calles y avenidas del puerto de Acapulco en busca de latas de cerveza o botes de refrescos o agua que puedan meter a sus bolsas de plástico para vender honradamente.

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A diario, con el sudor de su frente y los años a cuestas, se ganan el pan y la sal que se sirve en su mesa.

Frijoles y tortillas son para ellos esos suculentos manjares que dicen alcanzar a comprar con los cien pesos diarios que cada uno se puede llevar a la bolsa para regresar cansados a su vivienda. El periplo es de todos los días.

De jóvenes procrearon varios hijos que les ayudan ocasionalmente porque también tienen familia que mantener, por lo que, en su necesidad de comida, vestido y sustento, tienen que buscar la forma de sobrevivir en el siglo 21, donde los productos de la canasta básica han encarecido drásticamente.

Salen por la mañana, recorren distintas calles y avenidas del puerto. / Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

A pesar de que los oncólogos que la trataron le advirtieron que para ella es de riesgo hacer este trabajo, María, asegura que conseguir recursos junto con el señor Francisco, es necesario para sobrellevar la vida.

Los caminos de María y Francisco, quizá no se parezcan a los de Jesús y María, porque son casos diferentes y ocurren en momentos distintos en un mundo que, cada día que pasa la población pierde un poco más de humanidad.

La ruta es distinta cada día, pero las distancias son similares para poder salir en busca de estos botes y latas que se venden por kilo y generan, aunque poco, recursos para irla llevando.