/ jueves 30 de noviembre de 2023

Otis los dejó sin nada pero su amor les da fortaleza para seguir

La fuerza del huracán le quitó a don Pedro Díaz y su esposa Lucía Bailón su vivienda; se ganan el sustento vendiendo cocos en Coyuca de Benítez

Coyuca de Benítez, Gro.- Lo perdieron todo por la letal fuerza del huracán Otis, pero no los doblegó y en pareja salen a ganarse la vida vendiendo cocos.

Se trata de Pedro Díaz Gallego y su esposa Lucía Bailón Radilla, a quienes la devastación por el fenómeno meteorológico categoría 5 en la escala Saffir Simpson, destruyó su hogar y todo su mobiliario, pero no se dan por vencidos.

Con 71 años a cuestas, don Pedro, empuja su triciclo y a todo pulmón ofrece sus cocos, mientras su compañera de toda su vida, camina a su lado y escudriña entre la gente, quien les hace un pedido.

Lea también: Aunque en partes, Acapulco tendrá iluminación navideña

La mayoría de los transeúntes los invisibiliza, pero esto no los amilana, por el contrario van seguros de si mismos hacia adelante, necesitan dinero para poder comer.

El jefe de familia en breve charla, relató que el día del paso del meteoro, soportaron las rachas de viento en su humilde hogar, que se localiza a espaldas del Hospital del Bienestar de Coyuca de Benítez, pero su techo no.

Las láminas con todo y fajillas salieron por el aire, el viento parecía que gemia y agarre a mi mujer, para llevarla a un rincón y ahí nos guarnecimos hasta que volvió la calma, dice.

La señora Lucía interviene para confesar que pensó que no iban a sobrevivir, "tuve mucho miedo y me pareció una eternidad como destruía mi casa la fuerte lluvia, junto con todos mis muebles".

Dijo que por la mañana todo lo habían perdido, seguía lloviendo y no pudieron rescatar nada, lo que hicieron fue salir y buscar un refugió en lo que se calmaba el mal tiempo.

Una vez que pudieron regresar a su hogar, hicieron la limpieza y trataron recuperar lo que todavía servía, pero a más de un mes siguen sin techo y sin ningún tipo de ayuda.

La mayoría de los transeúntes los invisibiliza, pero esto no los amilana, por el contrario van seguros de sí mismos hacia adelante. /Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

Por otra parte, don Padro indicó que ahora compra más caro el coco, pero no le puede subir porque entonces no vende y da a 20 pesos la pieza, por eso está a la espera del apoyo que prometió el gobierno federal para poder reconstruir su vivienda.

Esta singular pareja retoma su camino y continúa ganándose la vida para sacar algo de dinero, pero además por la tarde juntos van a buscar láminas que desprendió de otras propiedades el feroz huracán, para poder tapar su techo.

Coyuca de Benítez, Gro.- Lo perdieron todo por la letal fuerza del huracán Otis, pero no los doblegó y en pareja salen a ganarse la vida vendiendo cocos.

Se trata de Pedro Díaz Gallego y su esposa Lucía Bailón Radilla, a quienes la devastación por el fenómeno meteorológico categoría 5 en la escala Saffir Simpson, destruyó su hogar y todo su mobiliario, pero no se dan por vencidos.

Con 71 años a cuestas, don Pedro, empuja su triciclo y a todo pulmón ofrece sus cocos, mientras su compañera de toda su vida, camina a su lado y escudriña entre la gente, quien les hace un pedido.

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La mayoría de los transeúntes los invisibiliza, pero esto no los amilana, por el contrario van seguros de si mismos hacia adelante, necesitan dinero para poder comer.

El jefe de familia en breve charla, relató que el día del paso del meteoro, soportaron las rachas de viento en su humilde hogar, que se localiza a espaldas del Hospital del Bienestar de Coyuca de Benítez, pero su techo no.

Las láminas con todo y fajillas salieron por el aire, el viento parecía que gemia y agarre a mi mujer, para llevarla a un rincón y ahí nos guarnecimos hasta que volvió la calma, dice.

La señora Lucía interviene para confesar que pensó que no iban a sobrevivir, "tuve mucho miedo y me pareció una eternidad como destruía mi casa la fuerte lluvia, junto con todos mis muebles".

Dijo que por la mañana todo lo habían perdido, seguía lloviendo y no pudieron rescatar nada, lo que hicieron fue salir y buscar un refugió en lo que se calmaba el mal tiempo.

Una vez que pudieron regresar a su hogar, hicieron la limpieza y trataron recuperar lo que todavía servía, pero a más de un mes siguen sin techo y sin ningún tipo de ayuda.

La mayoría de los transeúntes los invisibiliza, pero esto no los amilana, por el contrario van seguros de sí mismos hacia adelante. /Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

Por otra parte, don Padro indicó que ahora compra más caro el coco, pero no le puede subir porque entonces no vende y da a 20 pesos la pieza, por eso está a la espera del apoyo que prometió el gobierno federal para poder reconstruir su vivienda.

Esta singular pareja retoma su camino y continúa ganándose la vida para sacar algo de dinero, pero además por la tarde juntos van a buscar láminas que desprendió de otras propiedades el feroz huracán, para poder tapar su techo.

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