Mal cantante no es, pero se cotiza caro el buen Bernabé

Bernabé sale en busca de potenciales clientes, acepta que es empírico y que lo poco que sabe de música lo aprendió escuchando a su hermano ya fallecido

Celso Castro / Sol de Acapulco

  · miércoles 21 de febrero de 2024

Bernabé nació en el Barrio de La Candelaria de Acapulco, orgulloso dice que cobra 50 y hasta cien pesos por canción. Foto: Abraham Martínez / El Sol de Acapulco

Guitarra en mano y afinando en todo momento la garganta, Bernabé sale en busca de potenciales clientes que quieran una canción interpretada muy a su estilo.

Acepta que es empírico y que lo poco que sabe de música lo aprendió escuchando a su hermano ya fallecido, por lo que no dudo en probar suerte hace 19 años y el resto es historia.

Nacido en el Barrio de La Candelaria, confesó que no le ha ido bien en los últimos años, pues perdió a su madre al contagiarse del Covid-19.

Lea también: “Don Castrejón” lleva en el Mexipop sus raíces costeñas

A pesar que extraña mucho a su progenitora, sale a ganarse la vida cantando, pero cuando no hay clientes, se dedica a recolectar lámina galvanizada.

Sin dejar de rasgar las cuerdas de su guitarra y tararear algo un tanto incomprensible, orgulloso dice que cobra 50 y hasta cien pesos por canción.

Bernabé camina en busca de algún cliente para interpretar sus canciones. Foto: Abraham Martínez / El Sol de Acapulco

Admite que no tiene una ruta definida, pues recorre las playas y hasta algunos bares, en donde lo contratan para escuchar como interpreta desde cumbias, boleros rítmicos y los éxitos gruperos.

Un mural que da fe de la visita del mimo de México, Mario Moreno "Cantinflas", está ubicado frente a la Parroquia de Nuestra Señora de la Luz. /Foto: Juan Manuel Molina | El Sol de Acapulco.

Una de las canciones que más le piden es la del Pipiripau, aunque como no se ha aprendido la letra, improvisa y le pone, eso sí, mucho sentimiento y les gusta a la gente.

En prevención de contagiarse del virus que cobro la vida de la autora de sus días, utiliza un cubre bocas, aunque se lo quita para interpretar sus canciones y ganarse unos pesos.

Es tiempo de seguir con el trajinar diario y este hombre de 39 años de edad, se dirige a retar la selva de concreto, con el entusiasmo de siempre y de que lo escuchen cantar su repertorio en su peculiar estilo que combina entre lo lírico y popular.