Aunque la voz ya no es la misma y le da trabajo alcanzar las notas altas, pero don Gregorio, suple todo esto cantando con sentimiento con su inseparable requinto.
Originario del poblado de Tres Palos, este personaje que lo mismo interpreta boleros, corridos y rancheras, ahora en solitario, es también uno de los miles de afectados por el huracán Otis.
Su problema es un poco más difícil, en virtud que sufre una discapacidad y tiene que andar en muletas, en estas condiciones sale a ganarse unos pesos interpretando las canciones que le piden.
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Reconoce que por tanta necesidad que hay por la devastación que provocó el huracán Otis, pocos lo contratan, pero quienes le piden una canción se las canta con gusto y acepta hasta un bolillo con relleno y chilate.
Da gracias al creador por estar con vida, porque lo material se recupera, pero la vida no, por eso lejos de preocuparse por su situación sale a ganarse unos pesos de manera honrada.
Don Gregorio confiesa que no siempre vivió de la cantada, antes ocupó cargos dentro de la administración pública, después fue taxista, trabajador en tiendas comerciales y hasta maestro de obra.
Pero después se integró al trío Los Morales, con quienes empezó su faceta de cantante y más tarde cuando se deshizo el grupo se hizo solista, tocando acompañado de su requinto.
Su repertorio incluye canciones románticas, boleros, corridos y una que otra ranchera, que son siempre las que le piden y que interpreta muy a su estilo a cambio de unos pesos para sostener a su familia.