/ jueves 6 de mayo de 2021

Ahora está de moda el tema de las mujeres

No, no es que se tenga interés por las cuestiones de género. Lo que pasa es que está de moda el tema. Ahora lo retoman para las campañas políticas. Y es que hace 36 años cuando se acordó denominar por parte del Comité de la Organización de la Naciones Unidas (Onu) al año de 1975 “El Año de la Mujer”, pocas personas tuvieron interés; en esa fecha también se celebró en nuestro país la Primera Conferencia Mundial de la Mujer, del 19 de junio al 2 de julio, cuya sede fue la Ciudad de México; en esa ocasión se difundió en algunos los medios de comunicación el programa y los detalles de este evento. Pero tristemente poca gente del medio político se interesó por saber de qué se había tratado, cuáles eran los planteamientos qué se hicieron y cuáles los compromisos de parte de los países que asistieron.

“Junio del 75 en México, no te asombres, se juntaron mil señoras para hablar mal de los hombres”, Esta era la canción que Oscar Chávez cantaba “Liberación Femenina” en una grabación especial de Parodias Políticas. La mayoría de la gente tomó esta canción como una buena parodia, y nada más; sin embargo, todavía no se tenía plena conciencia de lo que se estaba demandando, no se avanzaba y de lo que resultaría de este encuentro.

Por supuesto que en esta nueva Conferencia no eran nuevos los temas de igualdad y de eliminación de la violencia de género, es más, en ese tiempo la violencia en el hogar era vista como algo normal, por eso es que no se le dio la importancia que debería de tener; es decir, aunque fue a partir de allí que muchas mujeres, en México, empezaron a interesarse, ya había antecedentes de que en la Revolución Francesa se dio pie al movimiento (la Primera Ola) donde las mujeres exigían libertad, igualdad, y fraternidad. También —ya lo hemos mencionado— Olimpie de Gouges, en Francia, al no estar de acuerdo con que se hubieran elaborado los Derechos del hombre y el ciudadano, fue decapitada por escribir “Los derechos de las mujeres y las ciudadanas”.

En Inglaterra Mary Wollstonecraft, escribió en 1892 la “Vindicación de los Derechos de la Mujer”, a través del cual se proponía que las mujeres tuvieran estudios como una manera de enfrentar las desigualdades sociales, con el interés de lograr un cambio. Eran únicamente las mujeres las que participaron, porque los varones no figuraban en estos encuentros, o eran muy escasos. Decía que en 1789 la mecha ya estaba encendida para que explotara; sin embargo, aún faltaba que se diera la segunda Ola, donde el movimiento sufragista tocaría las conciencias; pero tampoco había interés —obvio— de los hombres; era un grupo muy reducido el que se estaba consolidando en esa demanda por la inclusión de los derechos políticos, porque solamente los varones de la casa podrían hacerlo; las mujeres estaban en calidad de niñas, de hijas, después del papá, de sus esposos, que no tenían derecho a emitir su voto y por ello los esposos lo hacían por ellas.

Siguieron otras reuniones mundiales, otras cumbres, otras convenciones; México se comprometió a través de los Tratados Internacionales a dar inicio a programas específicos, a realizar acciones afirmativas, enfocadas a respetar esos acuerdos cuyo objetivo es lograr la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres y visibilizar la violencia contra las mujeres para poder erradicarla.

El caso es que a nadie importaba si las mujeres sufrían violencia, o si políticamente tenían aspiraciones, o las discriminaban, o cometían feminicidio; los hombres que escuchaban a las feministas se reían, se burlaban, las subestimaban y las ignoraban en sus demandas, porque decían que estaban locas, que era una guerra contra el otro sexo; además, no solo eso, maltrataban a sus mujeres, exigían atención para ellos, para su casa, para la familia y no permitían que ella estudiara o se superara; y se justificaban diciendo que lo que ellas querían era el libertinaje. No obstante, el señor de la casa podía salir a pasear, llegar a la hora que quería, ir a la cantina, o a otros centros de diversión para adultos y tener una amante.

Ahora resulta que es interés de mucha gente, de los partidos políticos y de servidores públicos el tema de los derechos de las mujeres y la eliminación de la violencia. Nos congratularíamos si así fuera, que se cambiara la mentalidad machista; que cada día se interesen por estos temas; sin embargo, no es creíble lo que dicen, debido a que una cosa es que lo digan en campaña y otra que lo piensen realmente. Hay Infinidad de servidores públicos que tienen un discurso demagógico, pero en privado violentan a sus esposas, hijas, hijos y empleadas, además de que son promiscuos y alcohólicos. Ojalá y todos los que dicen interesarse en los problemas relacionados con el tema de género lo hagan de verdad. Después de tantos años de insistir, en el respeto a los derechos humanos de ellas, hasta ahora, en la Cuarta Ola feminista, se empieza a vislumbrar un cambio en el ámbito social. Enhorabuena si así es. Sería un gran paso.

No, no es que se tenga interés por las cuestiones de género. Lo que pasa es que está de moda el tema. Ahora lo retoman para las campañas políticas. Y es que hace 36 años cuando se acordó denominar por parte del Comité de la Organización de la Naciones Unidas (Onu) al año de 1975 “El Año de la Mujer”, pocas personas tuvieron interés; en esa fecha también se celebró en nuestro país la Primera Conferencia Mundial de la Mujer, del 19 de junio al 2 de julio, cuya sede fue la Ciudad de México; en esa ocasión se difundió en algunos los medios de comunicación el programa y los detalles de este evento. Pero tristemente poca gente del medio político se interesó por saber de qué se había tratado, cuáles eran los planteamientos qué se hicieron y cuáles los compromisos de parte de los países que asistieron.

“Junio del 75 en México, no te asombres, se juntaron mil señoras para hablar mal de los hombres”, Esta era la canción que Oscar Chávez cantaba “Liberación Femenina” en una grabación especial de Parodias Políticas. La mayoría de la gente tomó esta canción como una buena parodia, y nada más; sin embargo, todavía no se tenía plena conciencia de lo que se estaba demandando, no se avanzaba y de lo que resultaría de este encuentro.

Por supuesto que en esta nueva Conferencia no eran nuevos los temas de igualdad y de eliminación de la violencia de género, es más, en ese tiempo la violencia en el hogar era vista como algo normal, por eso es que no se le dio la importancia que debería de tener; es decir, aunque fue a partir de allí que muchas mujeres, en México, empezaron a interesarse, ya había antecedentes de que en la Revolución Francesa se dio pie al movimiento (la Primera Ola) donde las mujeres exigían libertad, igualdad, y fraternidad. También —ya lo hemos mencionado— Olimpie de Gouges, en Francia, al no estar de acuerdo con que se hubieran elaborado los Derechos del hombre y el ciudadano, fue decapitada por escribir “Los derechos de las mujeres y las ciudadanas”.

En Inglaterra Mary Wollstonecraft, escribió en 1892 la “Vindicación de los Derechos de la Mujer”, a través del cual se proponía que las mujeres tuvieran estudios como una manera de enfrentar las desigualdades sociales, con el interés de lograr un cambio. Eran únicamente las mujeres las que participaron, porque los varones no figuraban en estos encuentros, o eran muy escasos. Decía que en 1789 la mecha ya estaba encendida para que explotara; sin embargo, aún faltaba que se diera la segunda Ola, donde el movimiento sufragista tocaría las conciencias; pero tampoco había interés —obvio— de los hombres; era un grupo muy reducido el que se estaba consolidando en esa demanda por la inclusión de los derechos políticos, porque solamente los varones de la casa podrían hacerlo; las mujeres estaban en calidad de niñas, de hijas, después del papá, de sus esposos, que no tenían derecho a emitir su voto y por ello los esposos lo hacían por ellas.

Siguieron otras reuniones mundiales, otras cumbres, otras convenciones; México se comprometió a través de los Tratados Internacionales a dar inicio a programas específicos, a realizar acciones afirmativas, enfocadas a respetar esos acuerdos cuyo objetivo es lograr la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres y visibilizar la violencia contra las mujeres para poder erradicarla.

El caso es que a nadie importaba si las mujeres sufrían violencia, o si políticamente tenían aspiraciones, o las discriminaban, o cometían feminicidio; los hombres que escuchaban a las feministas se reían, se burlaban, las subestimaban y las ignoraban en sus demandas, porque decían que estaban locas, que era una guerra contra el otro sexo; además, no solo eso, maltrataban a sus mujeres, exigían atención para ellos, para su casa, para la familia y no permitían que ella estudiara o se superara; y se justificaban diciendo que lo que ellas querían era el libertinaje. No obstante, el señor de la casa podía salir a pasear, llegar a la hora que quería, ir a la cantina, o a otros centros de diversión para adultos y tener una amante.

Ahora resulta que es interés de mucha gente, de los partidos políticos y de servidores públicos el tema de los derechos de las mujeres y la eliminación de la violencia. Nos congratularíamos si así fuera, que se cambiara la mentalidad machista; que cada día se interesen por estos temas; sin embargo, no es creíble lo que dicen, debido a que una cosa es que lo digan en campaña y otra que lo piensen realmente. Hay Infinidad de servidores públicos que tienen un discurso demagógico, pero en privado violentan a sus esposas, hijas, hijos y empleadas, además de que son promiscuos y alcohólicos. Ojalá y todos los que dicen interesarse en los problemas relacionados con el tema de género lo hagan de verdad. Después de tantos años de insistir, en el respeto a los derechos humanos de ellas, hasta ahora, en la Cuarta Ola feminista, se empieza a vislumbrar un cambio en el ámbito social. Enhorabuena si así es. Sería un gran paso.

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