/ miércoles 18 de julio de 2018

A tu memoria, Maestro

Este pequeño espacio hoy va dedicado a una gran persona y ser humano, que luchó por ser un profesionista, y cuando lo logró, nunca dudó en ayudar a los más desprotegidos, sobre todo en las cuestiones de los derechos del trabajador y de previsión social.

Con vasta experiencia dentro de esa especialidad, muchos juristas lo conocieron de su capacidad intelectual, pero no sólo fue protector de los derechos de los trabajadores, también fue maestro catedrático de la Universidad Noyola en esta ciudad, servidor público dentro del Instituto Mexicano del Seguro Social, que por muchos años cultivó sus conocimientos a sus estudiantes, maestro dentro de las aulas y de la vida.

A cuántos no le dio clase de una u otra índole, no era necesario estar dentro de las aulas para impartir su clase, ya sea derecho laboral o de defender los derechos de los trabajadores en los tribunales laborales.

Los que lo conocimos de cerca, sabemos de su humildad, sencillez, honorabilidad, fiel siempre a su trabajo, pero sobre todo a cuantos no nos dio un buen consejo, para el bien de uno, apoyado tanto en su experiencia de litigante laboral o de la vida.

Buen hijo, hermano, padre, esposo, abuelo y suegro, los que lo conocimos le estaremos siempre agradecidos con él, por lo que nos enseñó, dentro del ámbito como abogado y como persona, fue un percusor en la defensa de los derechos laborales y previsión social.

Muchos hoy extrañamos su presencia, nos hace falta, pero la vida es así es, unos parten a la vida espiritual y otros nos quedamos a sufrir un rato más, en esta vida terrenal.

Se dice fácil, pero los más de 30 años de experiencia que tenía dentro de su profesión, no es nada tan sencillo, esmerándose para tener cada día más conocimientos en su ámbito profesional.

Es triste perder a un ser querido, más cuando se trata del jefe y pilar de la familiar, no existen palabras de consuelo, de resignación para sus seres queridos, en estos momentos tan difíciles para ellos, solamente buscar la tranquilidad y la paz en su interior, ya que dice que el tiempo lo cura todo, creo que no, ya que al pasar los días y no ver a ese ser querido, que diariamente se veía al llegar a casa, y hoy no se ve, es doloroso y triste.

Te fuiste, pero muchos han de pensar que tu legado se acabó, al contrario, muchos seguirán tus pasos querido maestro.

Me refiero al Licenciado Víctor Larumbe Chávez, que hace algunos días partió de este mundo para estar hoy enseñando en otro más hermoso.

Envío un fuerte abrazo a la familia, Larumbe Meza y Larumbe Chávez, a amigo Oscar, A Su Señora Madre y su querida esposa, esperando que encuentren consuelo y resignación, pero sobre todo la paz y tranquilidad, elevando nuestras oraciones por su eterno descanso. ¿Hasta pronto mis queridos lectores?

Este pequeño espacio hoy va dedicado a una gran persona y ser humano, que luchó por ser un profesionista, y cuando lo logró, nunca dudó en ayudar a los más desprotegidos, sobre todo en las cuestiones de los derechos del trabajador y de previsión social.

Con vasta experiencia dentro de esa especialidad, muchos juristas lo conocieron de su capacidad intelectual, pero no sólo fue protector de los derechos de los trabajadores, también fue maestro catedrático de la Universidad Noyola en esta ciudad, servidor público dentro del Instituto Mexicano del Seguro Social, que por muchos años cultivó sus conocimientos a sus estudiantes, maestro dentro de las aulas y de la vida.

A cuántos no le dio clase de una u otra índole, no era necesario estar dentro de las aulas para impartir su clase, ya sea derecho laboral o de defender los derechos de los trabajadores en los tribunales laborales.

Los que lo conocimos de cerca, sabemos de su humildad, sencillez, honorabilidad, fiel siempre a su trabajo, pero sobre todo a cuantos no nos dio un buen consejo, para el bien de uno, apoyado tanto en su experiencia de litigante laboral o de la vida.

Buen hijo, hermano, padre, esposo, abuelo y suegro, los que lo conocimos le estaremos siempre agradecidos con él, por lo que nos enseñó, dentro del ámbito como abogado y como persona, fue un percusor en la defensa de los derechos laborales y previsión social.

Muchos hoy extrañamos su presencia, nos hace falta, pero la vida es así es, unos parten a la vida espiritual y otros nos quedamos a sufrir un rato más, en esta vida terrenal.

Se dice fácil, pero los más de 30 años de experiencia que tenía dentro de su profesión, no es nada tan sencillo, esmerándose para tener cada día más conocimientos en su ámbito profesional.

Es triste perder a un ser querido, más cuando se trata del jefe y pilar de la familiar, no existen palabras de consuelo, de resignación para sus seres queridos, en estos momentos tan difíciles para ellos, solamente buscar la tranquilidad y la paz en su interior, ya que dice que el tiempo lo cura todo, creo que no, ya que al pasar los días y no ver a ese ser querido, que diariamente se veía al llegar a casa, y hoy no se ve, es doloroso y triste.

Te fuiste, pero muchos han de pensar que tu legado se acabó, al contrario, muchos seguirán tus pasos querido maestro.

Me refiero al Licenciado Víctor Larumbe Chávez, que hace algunos días partió de este mundo para estar hoy enseñando en otro más hermoso.

Envío un fuerte abrazo a la familia, Larumbe Meza y Larumbe Chávez, a amigo Oscar, A Su Señora Madre y su querida esposa, esperando que encuentren consuelo y resignación, pero sobre todo la paz y tranquilidad, elevando nuestras oraciones por su eterno descanso. ¿Hasta pronto mis queridos lectores?

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