Las nuevas generaciones de turista que viajan a los distintos destinos de playa del país, buscan nuevos atractivos y ante esto, Acapulco, no puede quedarse en el atraso en este segmento en el que se requiere de nuevos atractivos que atraigan la atención de un mayor numero visitantes y la recuperación de un turismo de mayor poder adquisitivo.
El puerto de Acapulco, cuenta con un total de 22 playas todas con un reconocimiento a nivel mundial, sin embargo, es necesario darles una nueva imagen con nuevos servicios para beneficio de los turistas y propios acapulqueños que de manera directa e indirecta tienen sus ingresos de la llamada industria sin chimeneas.
Los restaurantes flotantes (sobre la bahía), serían una nueva atracción para el turismo que llega los fines de semana y en temporadas de vacaciones al puerto, así como para reactivar la principal actividad que genera la economía y las fuentes de trabajo para miles de familias.
El funcionamiento de negocios flotantes sobre la bahía, requeriría permisos de dependencias federales como Semarnat quien aprueba las concesiones para hacer uso y explotación de los espejos de agua y las áreas federales.
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"Se debería de considerar nuevos atractivos para el puerto, sobre todo luego de las afectaciones que se han tenido, no sólo por el tema de la inseguridad, sino también por la crisis que género por más de dos años la pandemia del Covid-19 a nivel mundial", expresó Arturo Cisneros prestador de servicios turísticos en playa Icacos.
Acapulco es un puerto turístico que a pesar de ser reconocido a nivel mundial por está actividad, no ha tenido un servicio de este tipo sobre la bahía, como se tiene en otros balnearios del mundo.
El prestador de servicios turísticos, consideró que no sólo los servicios de restaurantes flotantes se deberían de considerar para reactivar la actividad del destino de playa, sino también los servicios de taxis acuáticos, discotecas y los bares.
En el 2016, surgió el primer bar flotante sobre un catamarán donde se contaba con una pequeña pista de baile, sin embargo, este fue clausurado días después por no tener los permisos que marcan la ley.
El bar flotante, tenía una capacidad para 120 personas, un sistema de servicio de agua de mil 200 litros, sin embargo no cumplía con las normas que marcaba la ley de servicios náuticos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Desde el 2016 a la fecha y luego del cierre de este bar flotante, en Acapulco, no se ha considerado un nuevo proyecto de esta naturaleza.
Actualmente Acapulco, sigue promoviendo el turismo de sol, arena y playa, segmento que según Arturo Cisneros, ya no son una garantía para recuperar lo que desde hace décadas se ha perdido.
"Tenemos que renovar la actividad turística de Acapulco, el puerto ya no debe de seguir con las mismas actividades que ya no representan un crecimiento turístico, hoy se debería de pensar en nuevos atractivos como los restaurantes, bares y el servicio de taxis acuáticos para rescatar lo que ya dejó de venir al destino", indicó.
El puerto no debe de dejarse en el olvido y en atraso turístico, debe de renovarse para lograr consolidar una nueva imagen turística.