Ante el cierre de las estaciones de carburación de gas licuado de petróleo (LP) que ha ocasionado escasez del combustible en Acapulco, amas de casa recurren a los anafres para la preparación de los alimentos en sus domicilios, mientras esperan que el conflicto de las gaseras se solucione.
Desde el pasado jueves 14 de febrero del año en curso, las colonias de la ciudad se quedaron sin los establecimientos en donde se rellenaban los cilindros contenedores de gas, los cuales eran concurridos por miles de personas debido a que existía la confianza de obtener litros completos y el usuario decidía cuánto dinero invertir, pero la autoridad consideró que estos representan un peligro y comenzó a clausurarlas.
Jefas de hogar como Erika de Jesús, habitante de la colonia la Mira, ha sido una de las muchas mujeres que han optado por cocinas con carbón en el anafre que tenía “arrumbado” en su casa, antes que gastar hasta 400 pesos en la compra de un cilindro pre-llenado en las camionetas repartidoras, debido al mal estado en el que los entregan, además de que su economía no es del todo bien para hacerlo.
“Se me acabó el gas y tuve que sacar mi anafre, es más barato cocinar así que estar comprando los tanques bien caros porque en las camionetas los dan casi vacíos, el problema es el humo que se hace, pero ni modo, ojalá vuelvan a abrir las gaseras. Así hay muchas personas en su colonia que están cocinando en comales, por lo menos cinco vecinas de la misma calle lo hacen”, indicó.
De acuerdo a comerciantes de carbón que se ubican en los alrededores del Mercado Central de Acapulco, las ventas de su producto se han incrementado hasta en un 200 por ciento, ejemplificando que “si antes vendíamos 10 bolsitas, ahora estamos vendiendo 20”, lo cual adjudican a la falta de gas en la ciudad.
Erika aseguró que cocinar con carbón será una medida que no perdurará por mucho tiempo, debido a que es más difícil hacerlo de esa manera porque se pierde más tiempo en encender el fuego y si no se abren las estaciones de carburación, tendrán que recurrir a las camionetas para comprar el fluido, aunque les cueste mucho más.