Recorrer la zona turística de Acapulco se ha convertido en una competencia para ver quién aguanta más la respiración o resiste una caída sin quebrarse un hueso.
Aguas negras pestilentes que brotan de coladeras en la avenida Costera Miguel Alemán, a escasos metros de la Diana Cazadora son hoy en día una constante en la que visitantes y lugareños ponen a prueba sus pulmones.
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Sortean las aguas que brotan de las coladeras y recorren camino abajo desde la condesa hasta la diana es hoy en día casi un juego mortal.
El caminar por la acera debido a que la calle está inundada de drenaje, pone en riesgo la integridad de las personas, donde en algunas ocasiones ha provocado la caída o resbalones de niños y adultos mayores.
Dichas aguas escurren hasta la entrada principal de una plaza comercial, en dónde además de dar una mala imagen a los visitantes desprende un olor nauseabundo que causa molestia entre los visitantes.
Prácticamente los paseantes de la zona turística tienen que realizar auténticas acrobacias para poder evitar mojarse los pies, mientras que el problema incrementa cuando el peatón carga alguna maleta o se traslada con infantes.
En la calle Vicente Yáñez Pinzón, a escasos metros de la zona turística y cerca de la preparatoria número 7 de la UAGro, también se encuentra una alcantarilla con brotes de aguas negras desde hace más de dos semanas, las cuales afectan a todos los estudiantes que diariamente caminan para llegar a la institución.
Personal docente de la citada unidad académica de la máxima casa de estudios de la entidad, informó que han hecho la petición a las autoridades y a Capama para que se reparen las fugas, pero no han tenido respuesta.
En la Diana, prestadores de servicios turísticos lamentaron el escurrimiento y dijeron que los pestilentes olores ahuyentan a los visitantes con lo que a ellos les genera mermas económicas porque no pueden rentar sus motos acuáticas, ni bananas debido a que son pocos los vacacionistas que se acercan a este balneario de la condesa de Acapulco.