El diputado local Rafael Navarrete Quezada hizo un llamado al Ayuntamiento de Acapulco para utilizar o concesionar el rastro que se construyó en la pasada administración estatal y que representó una inversión de 160 millones de pesos.
Señaló que hasta el momento no hay una explicación sobre porqué no se utiliza estas instalaciones que permitirán que se circule carne de mejor calidad en Acapulco y municipios cercanos y que permitiría a ganaderos extender el proceso de venta de ganado al poder exportar a otros estados o países al tener certificación Tipo Inspección Federal (TIF).
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Navarrete Quezada fue uno de los responsables de la obra en su calidad de titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano, Obras Públicas y Ordenamiento Territorial (SDUOP) en la administración pasada y dijo que “todo está listo” para la operación del rastro.
El miércoles pasado, en la sesión de la Comisión Permanente , el priista presentó el punto de acuerdo para hacer un exhorto al Ayuntamiento de Acapulco ya la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del Gobierno Federal, para que se coordinen con el Gobierno del Estado y de manera conjunta recibir las instalaciones e iniciar su operación de manera inmediata bajo la modalidad administrativa y económica que se determine conveniente”.
Explicó que un rastro TIF son instalaciones dedicadas al sacrificio de animales, proceso de envasado, empacado, refrigerado o industrializado, que están sujetos a la regulación y cumplimiento de lo que establece la autoridad sanitaria federal.
El legislador surgió que este proyecto se inició en diciembre de 2014, con el propósito de solucionar la aparición de 110 “rastros tolerados” a causa del cierre del Rastro Frigorífico de Acapulco hace 20 años, situación que derivó en insalubridad del producto, contaminación de cuerpos de agua, robo de ganado y maltrato animal.
Actualmente, dijo, el rastro municipal de Acapulco, que costó 160 millones de pesos, está listo pero subutilizado, pues hasta el momento sigue sin operar y sin mantenimiento.