Ante el cierre de negocios por la pandemia, un grupo de jóvenes vieron una oportunidad para impulsar una aplicación de teléfono celular para ordenar y llevar comida a domicilio, así como pago de servicios y “mandados”.
No es la primera aplicación de su tipo, al contrario en muchas ciudades hay varias que son muy populares, sin embargo aquí se decidió incluir más de 60 negocios de todo tipo, algunos que no tenían ni página de Facebook y mucho menos pago con tarjeta, por ejemplo.
“En esta aplicación puedes comprar, desde su casa o desde tu cama, desde atole hasta pozole, hamburguesas, comida china, italiana, alitas y decenas de productos de más de 60 negocios”, explica Gael Leyva, uno de los creadores de WhereApp.
El objetivo, detalla el joven ingeniero en sistemas, egresado del Instituto Tecnológico de Chilpancingo, es unir a quienes venden algún producto “por muy modesto que sea”, con quienes quizá quieran ese producto, mediante el uso de la tecnología.
Uno de los casos más emblemáticos de WhereApp que relata Gael es el de una señora que en la popular colonia Los Ángeles de Chilpancingo tiene un puesto de atole y tamales y que uno de sus hijos la motivó para incluirse -no tiene costo-, en la aplicación y ahora vende exponencialmente y tiene pedidos programados y hasta le pueden pagar con tarjeta, aunque ella no tenga cuenta, porque la empresa recibe el pago y a fin de mes se lo entrega al negocio.
Descargar la aplicación WhereApp no tiene costo y sólo hay que registrarse y pedir lo que quieras dentro de cada uno de los negocios listados. Incluso existen etapas de personalización que van desde ingredientes específicos hasta la opción de pasar a recoger el producto a la tienda o restaurante o recibirlo en domicilio.
El pago se puede hacer con cualquier tarjeta de débito o crédito, por PayPal (una aplicación internacional para pagos).
WhereApp también tiene una sección de “mandados”, donde uno puede ordenar que le hagan el pago de algún servicio (internet, energía eléctrica, bancos), ir por un medicamento a una farmacia, al supermercado o cualquier mandado, explica Gael Leyva.
Reconoce que no ha sido fácil pues mucha gente tiene desconfianza de la tecnología “y a veces piensan que solo una gran empresa transnacional puede desarrollar este tipo de aplicaciones y que sólo sirven para las grandes ciudades”.
Queremos que sepan que hay mucha gente de Chilpancingo que estudió y trabaja aquí y es capaz de desarrollar este tipo de aplicaciones para facilitarnos la vida a todos con la tecnología y pese a la pandemia.