Calandrieros lamentan su situación a un año del cambio

Ni las luces de colores ni los aparatos de sonido consiguen atraer al turismo que continúa preguntando por los caballos y desdeña los corceles de acero; reprochan concesionarios el olvido de autoridades

Adriana Covarrubias | El Sol de Acapulco

  · miércoles 10 de marzo de 2021

Foto: Adriana Covarrubias | El Sol de Acapulco

Las luces multicolores, dibujos animados y aparatos de sonido que adaptaron e instalaron en las calandrias que hoy jalan corceles de acero, en lugar de caballos, no han tenido la demanda, resultados y apoyos prometidos por las autoridades gubernamentales.

A un año de que cambiaron los equinos por cuatrimotos, calandrieros se dicen engañados por las autoridades del gobierno estatal, pues los convenios que firmaron no se han cumplido al 100 por ciento.

El presidente de la Unión de Iniciadores de Calandrias del fraccionamiento Marroquín, Artemio Peláez de la Fuente, informó que durante la pandemia por Covid-19 y el cambio constante de color de semáforo epidemiológico, también les ha afectado porque el turismo baja y con eso merma sus paseos hasta en un 50 por ciento.

En entrevista, recordó que cuando firmaron el convenio con el gobernador del estado, Héctor Astudillo Flores y el director de transporte, Miguel Ángel Piña Garibay, les ofrecieron una cuatrimoto y cambiar a los seis meses las llantas y apoyarlos con el servicio mecánico.

Sin embargo, nada de lo que les ofrecieron en el convenio se ha cumplido y ahora ni las llamadas les responde el director de trasporte, Piña Garibay.

“No nos han apoyado como habíamos quedado, que supuestamente nos iban a dar dos años de mantenimiento y eso jamás nos lo dieron y ese día que nos dieron la moto y a dios; y supuestamente nos iban a cambiar las llantas porque esas que trae la cuatrimoto no son para andar en el pavimento porque se resbalan mucho”, preciso.

Foto: Adriana Covarrubias | El Sol de Acapulco

Comentó que ellos mismos han tenido que comprar y adaptar sus cuatrimotos con rines y llantas de auto compacto o que le queden, porque las que originalmente usan cuesta 2 mil 500 pesos cada una y no les alcanza para comprarlas.

“Nada más nos dieron las cuatrimotos, firmamos el convenio y ahora ya ni nos pelan, no nos hacen caso y no contestas ni las llamadas... tenemos un año y no nos han cambiado las llantas que nos dijeron que nos iban a cambiar”, mencionó.

Dijo que los más de 57 concesionarios entregaron más de 45 caballos y fueron llevados a un santuario en el estado de Puebla, donde reconocen que están mucho mejor.

Peláez de la Fuente, indicó que no han ido a visitar sus caballos porque les daría tristeza, luego de que estuvieron con ellos muchos años.

“Para qué voy a ir?, ¡para entristecerme!, mejor así estoy bien... entregué varios caballos como el Ballito, el Barco, Rosillo, Matute son varios y todos se fueron al santuario de Puebla y están bien atendidos, la verdad”, señaló.

Lamentó que por pandemia han bajado los paseos hasta en un 50 por ciento y dijo que los turistas cuando vienen al puerto buscan los caballos y preguntan por ellos, pero hay que animarlos para que se suban y a veces hasta bajarle a precio.

Subirse a una carroza de calandria tiene un costo de 150 a 200 pesos y al usar la cuatrimoto se tiene la ventaja de que se amplía la zona de paseo por la costera Miguel Alemán.

“Hemos sido abandonados por las autoridades y muchos de los calandrieros se han ido a trabajar de albañiles en el día y en la noche en las calandrias, imagínese que hubiéramos tenido los caballos ahora si se mueren de verdad”, reconoció.

Foto: Adriana Covarrubias | El Sol de Acapulco

Las calabazas que son jaladas por los calandrieros tuvieron que adaptarla y les han colocado luces de colores, música y decorarlas con figuras de Disney para que atraiga el cliente.

El líder de los calandrieros, señaló que solo los fines de semana tienen clientes porque de lunes a miércoles, los paseos bajan considerablemente y por la pandemia más.

Dijo que las autoridades los han abandonado y ni siquiera les han brindado algún apoyo por la pandemia, donde dejaron de trabajar durante cuatro o cinco meses.

Don Jorge, adapto con más de 25 mil pesos su calandria, le instaló luces de colores, figuras de personajes de la película de Frozen de Disney y adaptó una batería de vehículo para que todo luzca iluminado y también llevar música.

“Al turista es lo que le gusta, al no haber caballo porque mucho nos preguntan por ellos, pues hay que modernizarse sino no morimos de hambre”, comentó.

Por las noches en la Costera Miguel, se observaron las carrozas jaladas por cuatrimotos, con luces multicolores que llaman la atención del visitante nacional.