Andrés se enteró que llegó la luz en el poblado de La Sabana, ubicado en la zona sub urbana de Acapulco, agarró su canasto y se fue a comprar a la panaderia el bolillo para reactivar su venta, luego de 14 días de los estragos que dejó Otis, él necesita alimentar a su familia pues lo perdió todo.
Llegó a la panadería y encontró que el bolillo subió de precio, dice que con el argumento de que la harina está escasa, le vendieron a 8 pesos la pieza.
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Pero así como el bolillo no se salvó del abusos que trajo Otis, tampoco Andrés ni su canasto se escaparon del cobro que les hizo el transporte público para llegar a su punto de venta, pues a lo “chino” le cobraron de pasaje por él 20 pesos y otros 20 pesos por su canasto.
Para Andrés la venta del bolillo es su sustento, vende desde hace un año en diferentes colonias de la zona Diamante de Acapulco.
Hoy sorprendió a los vecinos de la Unidad Vicente Guerrero 200, con sus gritos: “El bolilloooo”, fue su primera venta, luego de que el Huracán Otis dejó sin luz, agua, caminos incomunicados y viviendas destruidas.
Andrés acabó rápido su bolillo caliente, pero sorprendió cuando a la gente le dijo que de seis pesos que estaba la pieza hace 14 días ahora subió a 8 pesos.
“El bolillo lo daba a seis pesos ahorita le subí a ocho porque así me lo vendieron en la panadería con el argumento de que la harina está escasa y que se exporta no llega y el que quiere hacer bolillo hace y el que no pues mantiene cerrada su panadería”.
Andres, quien vive en la colonia 5 de Mayo cerca de La sabana, perdió toda su casa, techos, artículos electrodomésticos, como refrigerador, estufa, televisión y hasta colchones, dice que se quedaron sin nada casi en la calle.
Relata mientras vende sus deseados bolillos, que ya tiene luz, le ha llegado despensa por parte de la Guardia Nacional y también les han llevado agua embotellada.
En su primer día de venta, Andrés tomó el transporte de la ruta Cruces-aeropuerto, pero se quejó que está caro el pasaje y están cobrando 20 pesos la urvans y 30 pesos los taxis.
“Me convino más agarrar la Urvan pero pagué 40 pesos, 20 pesos por mi pasaje y 20 pesos por el canasto”, dijo admirado.