A diario, las personas mayores son víctimas de discriminación y exclusión social, lo cual se define como un problema mundial que afecta tanto en la salud como en otros derechos humanos de millones de adultos mayores y es, por tanto, un problema que requiere la atención debida por parte de las autoridades y la comunidad internacional.
De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) dentro de este sector poblacional el número de mujeres de edad es mayor que el de los hombres, y ellas se enfrentan a múltiples formas de discriminación derivadas de sus roles sociales basados en el género, agravadas por su edad, su discapacidad u otros motivos, lo cual afecta al goce de sus derechos humanos.
El 6.1% de las mujeres de 65 y más años alguna vez en la vida han sufrido violencia física de alguna pareja o ex pareja, frente al 12.1% de las mujeres menores de 65 años. También un 6.1% de las mujeres mayores han sufrido violencia sexual de alguna pareja o ex pareja a lo largo de sus vidas, frente al 9.0% de las mujeres de menos edad.
Con motivo del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, se han definido diferentes tipos de maltrato contra las personas mayores:
Maltrato físico. Acto no accidental que provoca daño corporal o deterioro físico.
Maltrato psicológico. Actos verbales o no verbales que generan angustia o sufrimiento.
Abuso sexual. Cualquier contacto sexual no consentido.
Abandono. Descuido u omisión en la realización de determinadas atenciones o desamparo de una persona que depende de otra por la cual se tiene alguna obligación legal o moral.
Explotación financiera. Uso ilegal de los fondos, la propiedad o los recursos de la persona adulta mayor.
Maltrato estructural. Se manifiesta en la falta de políticas sociales y de salud adecuadas, la inexistencia, el mal ejercicio y el incumplimiento de las leyes; la presencia de normas sociales, comunitarias y culturales que desvalorizan la imagen de la persona mayor y que resultan en su perjuicio y se expresan socialmente como discriminación, marginalidad y exclusión social.
Adultos mayores y Covid-19
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) todas las personas de cualquier edad corren el riesgo de contraer el Covid-19, pero las personas mayores tienen un riesgo mayor de mortalidad y enfermedad grave después de la infección.
El virus SARS-CoV-2 no sólo amenaza la vida y la seguridad de los adultos mayores, también su acceso a los servicios de salud, sus trabajos y pensiones.
“Ninguna persona, joven o vieja, es prescindible”, dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en un video mensaje para presentar un informe de política sobre las personas de edad el mes de mayo.
“Las personas de edad tienen los mismos derechos a la vida y a la salud que todos las demás”, subrayó. “Al adoptar decisiones difíciles respecto a la atención médica para salvar vidas, se deben respetar los derechos humanos y la dignidad de todos”.
Cabe señalar que del año 2021 al 2050, el número de personas mayores de 60 años se habrá doblado con creces en el mundo hasta alcanzar los 2,000 millones, la mayoría vivirá en países de ingresos medianos o bajos.
Para erradicar esta problemática es necesario que se eliminen los estereotipos y estigmas sobre el envejecimiento y que se propicien dinámicas familiares sanas que permitan construir puentes intergeneracionales que nos lleven a eliminar y prevenir el maltrato en la vejez.
Por lo que es necesario fomentar una cultura de respeto hacia nuestros adultos mayores a fin de que se les garantice una atención integral y se protejan sus derechos.