La corte suprema de Brasil dictaminó el martes que el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva no fue tratado con imparcialidad en unas investigaciones de corrupción, lo que fortalece sus posibilidades de competir contra el presidente Jair Bolsonaro en los comicios del próximo año.
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El drástico cambio de posición de la jueza Carmen Lucía llevó a un panel de cinco jueces a encontrar que el ex juez Sergio Moro había tomado decisiones sesgadas al supervisar la investigación de corrupción conocida como "Lava Jato".
Con sus condenas anuladas a principios de este mes y la perspectiva de un nuevo juicio ahora descarriladas, Lula se ha posicionado como un fuerte retador del derechista Bolsonaro, aunque ambos aún tienen que confirmar su candidatura.
La decisión del Supremo Tribunal Federal también podría sentar un precedente para que a decenas de otros políticos de alto perfil y líderes empresariales en prisión se les desestimen las pruebas en su contra reunidas en la investigación Lava Jato, que se prolongó por siete años.
