A casi una semana de que una fuga de agua desprendiera parte del plafón del pasillo que conecta la sala de espera con la entrada principal del Hospital General Acapulco del Instituto de Seguridad y Servicios Social de los Trabajadores del Estado, las autoridades de la institución no han logrado reparar los daños.
El pasado viernes dos de agosto del presente año, derechohabientes recibieron un gran susto cuando se formó un caudal de agua potable que caía por entre las lámparas del techo del mencionado lugar y que después de unos minutos, inundó los pasillos y provocó la caída de varios plafones, poniendo en riesgo la integridad de quienes en el lugar se encontraban.
Al visitar el sitio del incidente este miércoles, se constató que el hueco que quedó en el techo continúa sin ser reparado, dejando expuestos cables y fierros que, pareciera, en cualquier momento pueden caer en la cabeza de quienes acuden a recibir atención en urgencias médicas, sin que los responsables del lugar tomen cartas en el asunto.
A decir de la derechohabiente Regina Soberanis Jiménez, el servicio que brinda la mencionada institución es calificado como “pésimo”, debido a que su infraestructura está en condiciones deplorables y los insumos escasean constantemente, lo cual, presuntamente ocasionó la muerte de uno de sus hijos.
“Mi hijo murió aquí en el ISSSTE porque no le dieron la atención adecuada, cuando lo traje a urgencias no le dieron ni cama, no le pusieron el oxígeno y a él le dieron un infarto, aquí no hay ni camas y no hay nada, tiene tres años que murió mi hijo Efrén Orlando Rodríguez Soberanis”, declaró.
Cabe mencionar que el pasado 2018, trabajadores del Instituto se instalaron en paro de labores por 40 días, debido a que las necesidades fueron tantas que no podían satisfacer los padecimientos de la ciudadanía.