Juguetes de madera que están en los anaqueles o canastas en los mercados, permanecen polvorientos y olvidados por lo niños y niñas que ahora piden a los Reyes Magos teléfonos celulares, tabletas o muñecas sofisticadas.
En los locales comerciales que se ubican en el mercado Chilapeño, de la colonia Progreso en la zona centro de Acapulco, se observan en los pequeños locales juguetes de madera con colores llamativos colgados, amontonados que no son pocos adquiridos en estas fechas.
Para evitar que se llenen de polvo, debido a que su venta no es constante, la señora Teresa Gómez envuelve los juguetes de madera con plástico y los coloca en un canasto, en espera de que sean comprados por algún cliente.
Sin embargo, las ventas no son buenas, la mayoría de estos juguetes los compran para trabajos didácticos que dejan en las escuelas y lo poco que adquieren son las salas de madera para que las niñas jueguen con sus muñecas, las camas, roperos, burros de planchar y cocinas.
Otros niños, les piden a sus padres que les compren el trompo o baleros o guitarras de madera.
La señora Teresa, originaria del municipio Chilapa, dijo que a pesar de que el costo de un juguete tradicional de madera es barato, poco lo compran.
Detalló que un balero de madera es de 25 pesos; un trompo 35; caballo de palo 75, caballo de trapo 65; carros de madera de 25 a 80 pesos, dependiendo el tamaño.
Afirmó que a veces las madres compraban guitarras y tambores hechos de madera o los caballos, cuando a sus hijos se los pedían en la escuela para algún evento artístico o exposición, pero con la pandemia y “las clases en la televisión o internet”, ya las ventas disminuyeron aún más.
Durante el recorrido por los locales del Mercado Chilapeño, Jaime Robles, un vendedor de artesanías, enseña el amplio surtido de carros de madera, aviones, trompos, baleros y muebles del mismo material, los cuales son muy poco demandados.
Recordó que antes estos juguetes tradicionales se vendían mucho, “a veces eran de 100 a 200 juguetes por mes y ahora eso terminó, y esos 100 juguetes se venden al año”.
Indicó que la tecnología ha desplazado a estos juguetes de madera; “los niños quieren pura tecnología visual; música, estos juguetes ya no los entretienen”.
“Antes la gente se llevaba 15 juguetes de madera al día y más en estas fechas decembrinas y a unos días de la llegada de Reyes. Ahora ya no se venden como antes y las personas que lo compraban lo hacían porque se lo pedían en las escuelas, pero ahora ni escuela hay, todo esta cerrado”, dijo.
Jaime señaló que niños de Chilapa, de donde él es originario, algunos juegan todavía con carritos de madera, trompos y baleros, pero se está perdiendo está tradición porque ven a otros niños que juegan con el celular y además se ha convertido en una herramienta para la escuela.
