Daniel Moy Abarca, identificado en el género Gay, ayuda a las amas de casas y adolescentes a olvidar por una hora sus problemas con aplicar dinámicas a través del baile, el cual se siente satisfecho.
Moy, además de ser gestor social y ayudar a las personas que se lo solicitan, también se ha involucrado en la política, estuvo como candidato a regidor en esta contienda electoral del 6 de Junio para la planilla de la coalición PRD-PRI en Acapulco y fue coordinador estatal de la comunidad LGBT en la campaña a Gobernador de Mario Moreno Arcos.
Desde la política, Moy o Dani como lo conocen, busca luchar por los derechos humanos de sus compañeros, quienes siguen siendo víctimas de discriminación.
Su familia, es de religión Cristiana, y nunca aceptaron su preferencia sexual, sin embargo, dice que hubo resignación y lo han respetado y amado.
“Mi familia como tal me han respetado, me han amado y nunca se han metido conmigo y yo he aprendido a respetar esa parte de separar mis preferencias, mi vida, laboral, social con mi familia”, señaló.
Moy, además de activista de la comunidad LGBT y tener una carrera técnica en Educación Artística y Danza Regional, da clases de baile en la comunidad El Salto, ubicado en la zona rural de Acapulco, trabaja en un Gimnasio y es instructor de ballet Picnic.
Dice que en las comunidades respetan más a las personas tal y como es, respetan las preferencias sexuales y no te juzgan, contrario a lo que ocurre en las ciudades.
Moy por una hora, da clases a mujeres, niñas, amas de casas y adolescentes y las ve emocionadas, lo cual señala que es parte de su trabajo porque olvidan por algunos momentos sus problemas y eso les satisface.
“Nos dedicamos a ejercitarnos, divertirnos, desestresarnos emocionalmente porque hay dinámicas dentro del baile, no nada más es un método normal hay métodos en los que tienes que ocupar la mente y tienes que estar contando los cambios y tienes que estar a la expectativa de todo y nos ayuda a separarnos un rato de lo que es nuestro mundo, nuestros asuntos de rutina diaria para algo diferente”, señaló.
Comentó que el hecho de tener una preferencia sexual distinta a los demás lo hace vulnerable, porque desde pequeño por ser diferente, los padres les pedían a sus hijos que no se llevarán con él.
Dijo que le fue muy difícil adaptarse a una vida social y al querer encajar entre la misma sociedad.
Moy, quien fue criado por sus abuelos maternos, no encontró un rechazo entre su familia sino más que nada el miedo cuando se declaró abiertamente Gay.
En su labor como gestor social, ha bajado a cuatro travestís de una patrulla de la Policía Municipal, sólo por el hecho de vestirse como mujer y estar paradas en una esquina trabajando.
“Intervine en el diálogo y la policía municipal las bajo, he tenido que lidiar con este tipo de acciones frecuentemente y es la parte que más me agrada debatir”.
Un anhelo de Moy es estudiar derecho, pero no ha podido cumplir sus logros por falta de recursos y muchas acciones.
“Es lastimoso porque yo quisiera hacer más por mi comunidad y por la sociedad en general y este tipo de acciones limita, como es el recurso”.
A Moy le gusta ayudar a su comunidad, habita en el poblado de La Sabana, en la zona suburbana del puerto, y ha atendido a vecinos en la madrugada que le piden hasta una caja para sepultar algún familiar.
También dentro de su gestoría, ha ayudado a jóvenes a que logren estudiar con una beca, algunas personas han requerido ayuda médica y ha tenido que recurrir entre sus amistades para apoyar a las personas que lo requieren.