La reconstrucción de restaurantes en playa Bonfil ha sido lenta y no hay reactivación económica, a casi dos meses de los daños severos que dejó el huracán Otis, siete negocios de 40 que se ubican a lo largo de la Costera Benito Juárez han abierto sus puertas.
Sergio Mejía Vargas, integrante de la Asociación de Restauranteros de Playa Bonfil dijo que la reconstrucción de los negocios lo están haciendo con recursos propios porque los créditos financieros que ofreció el gobierno federal al sector empresarial siguen sin llegar.
Sergio dice que está zona turística, considerada un icono en Guerrero para practicar el surf, fue devastada por el huracán Otis y cuatro días después se presentó el fenómeno de mar de fondo que los dejó sin playa.
Con la poca posibilidad económica, algunos restaurantes rellenan parte de su negocio que colapsó por el oleaje ocasionado por el fenómeno de mar de fondo.
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El empresario restaurantero ha tenido que invertir 120 mil pesos para comprar 25 camiones de volteos con piedra para rellenar un socavón que se generó por mar de fondo.
Dijo que siguen en espera de que el gobierno federal presente algún programa de reactivación económica porque Acapulco no se levantará “con magia”.
Mejía Vargas, lamentó que la mejor temporada de Acapulco, que es Diciembre, se esté agotando.
“Los pocos compañeros que ya abrieron y algunos que van abrir este fin de semana tiene la mejor actitud de captar un poco de derrama”.
El restaurantero llamó a los turistas a visitar Acapulco para que poco a poco se vaya reactivando económicamente.
Sergio construye en su restaurante una enramada provisional, “estamos improvisando en construir una enramada ya no es la cabaña que teníamos antes de Otis, sin embargo tenemos ganas de levantarnos porque creemos en Acapulco y le seguimos apostando Acapulco”.
Llamó al sector restaurantero a no perder la fe y a seguir dando ese servicio y atención que los Acapulqueño saben como hacerlo.
Dijo que los negocios que están abriendo en playa Bonfil lo están haciendo de forma improvisada y reconstruyendo con lo poco que tienen, ya que están en espera de que el gobierno federal aplique un plan emergente económico para que la industria restaurantera pueda reactivarse.
“No queremos que nos regalen nada, queremos que nos den una partida especial para Acapulco, para la zona Diamante que fue la zona más afectada y donde hay en esta zona más de 400 restaurantes en la zona playa”.
Sergio Mejía, mencionó que un restaurante pequeño para que pueda reactivarse requiere mínimo una inversión de más de medio millón de pesos y otros más de 3 millones de pesos.