Tras darse a conocer la suspensión de las corridas de toros en la plaza México, el sector empresarial catalogó de frustrante y un golpe a la economía; mientras ambientalistas festejaron que se cumpla con la ley.
Entrevistados en torno al riesgo de que la fiesta brava sea prohibida a nivel nacional, como ocurrió en la Ciudad de México por una iniciativa parlamentaria que confronta la tesis del maltrato animal y derechos de minorías, provocó diferencias de opinión, en pro y en contra.
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En primer lugar, el dirigente de la Fecanaco, Alejandro Martínez Sydney, criticó que se atente contra una fiesta cultural que genera empleos e impuestos, "es lamentable que este deporte se haya politizado y se ponga fin a una tradición que tiene un siglo en nuestro pais".
Defendió que se trata de una tradición y genera un valor económico de la industria, pues según datos del sector empresarial, en 2018 movió 343 millones de dólares, creando unos 80 mil empleos directos y 146 mil indirectos, que aseguró son los más recientes datos oficiales disponibles
Mientras que el ambientalista Barnardo Salas Roldán, celebró que se cumpla con la Ley de Bienestar Animal y que se ponga fin a un espectáculo que exhibía la brutalidad del ser humano con el animal.
Al final, aseguró que quienes ganan con esta iniciativa son los toros, pues se pone fin a la brutalidad a que eran sometidos en la mal llamada fiesta brava. "Que bueno que se dio el primer paso para suspender las fiestas taurinas en la Monumental Plaza México", apuntó.