Dos semanas después de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, los estudiantes de esa institución y organizaciones afines al movimiento iniciaron un proceso radical de protestar que incluyó la toma y quema de edificios públicos, cierres de carreteras, secuestro y quema de vehículos gubernamentales y de empresas privadas y muchas otras actividades que podrían ser consideradas constitutivas de delitos, sin embargo hasta el momento no hay ningún responsable de este vandalismo que sea juzgado por sus actos.
Entre las instancias más afectadas por el vandalismo se encuentra el gobierno del estado del que el Palacio de Gobierno fue incendiado el día 13 de octubre y la imagen del edificio en llamas se convirtió en un ícono de la lucha de los normalistas. Por este hecho se iniciaron formalmente denuncias penales en contra de quien o quienes resulten responsables, pero jamás se fincó responsabilidad para alguno de los participantes en los actos vandálicos.
Las instalaciones de la Secretaría de Educación, todas sin excepción, fueron vandalizadas -muchas de ellas incendiadas-, y de acuerdo al responsable del área jurídica de la Secretaría, Abrahám Godínez, por cada acción en el que hubo daños patrimoniales se iniciaron y ratificaron formalmente las denuncias ante la agencia del Ministerio Público, sin embargo reconoció que hasta el momento en la mayoría no existe algún responsable que esté siendo juzgado.
Indicó no tener precisión de cuántas denuncias son las que se encuentran vigentes y hasta donde se avanzó jurídicamente. “Nuestra responsabilidad es interponer las denuncias, ratificarlas y es la autoridad ministerial la que debe hacer la investigación y proceder en contra de los responsables”.
El ex presidente estatal del PAN, Andrés Bahena, confirmó que ellos en su momento interpusieron dos denuncias ante el Ministerio Público, por las agresiones a su partido en una primera entraron y destruyeron todo el equipamiento, como computadoras, impresoras, fotocopiadoras, escritorios, sillas, pantallas entre otras propiedades del partido.
En una segunda irrupción de los normalistas a las instalaciones del PAN, se sustrajo propaganda política que después se incineró, una parte en el andador Zapata y otra en el zócalo de la capital.
Las oficinas del PRI estatal también sufrieron al menos dos irrupciones en las que se destruyó todo el equipo y mobiliario, e incluso se incendió parte del inmueble, por ello se presentaron y ratificaron formalmente denuncias ante las instancias correspondientes, sin embargo jamás hubo algún detenido. El responsable de prensa del partido, indicó que en su momento hubo algún apoyo de parte del Instituto Electoral para la reconstrucción de daños, pero fue mínimo, por lo que la reconstrucción se hizo con dinero de las aportaciones de los militantes y las propias prerrogativas.
Las oficinas del PRD han sufrido al menos cinco ataques, en los que se han quemado destruido y quemado sus pertenencias y aún con las denuncias presentadas y ratificadas no existe ningún responsable que esté preso.
El Instituto electoral y de participación ciudadana del estado de Guerrero y las instalaciones del INE en Guerrero, también fueron víctimas de agresiones, lo mismo que el palacio municipal de Chilpancingo, mientras que en la iniciativa privada, empresas como Bimbo, Coca cola, Sabritas, Marinela, Lala y Barcel, entre otras, sufrieron robo de vehículos y mercancías, por las que también iniciaron procedimientos penales y en ningún caso se logró que se enjuiciara a los responsables y se les resarcieran los daños.
El Congreso del Estado y el Poder Judicial, sin lugar a dudas que ha sido de las instalaciones que mayor número de ataques ha recibido en sus instalaciones, las más recientes apenas el pasado lunes y martes, cuando los estudiantes de Ayotzinapa hicieron una demostración de fuerza, regresando a la quema de vehículos y también utilizando artefactos explosivos de muy alta fuerza.
Los ataques han llegado incluso a instalaciones de la Policía Federal en Chilpancingo y Fiscalía del Estado, donde se incendió un vehículo con armas dentro y al cuartel del Ejército, donde los daños fueron menores pero la constante sigue siendo la misma... el reinado de la impunidad.
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