Elementos de la policía estatal con equipo anti-motín dispersaron una protesta de propietarios de salones de fiestas que demandaban que se les permita trabajar para poder obtener el sustento de más de 500 familias que dependen de los eventos sociales.
Desde las 9 de la mañana los Propietarios de salones de eventos sociales, que se encuentran cerrados como medida preventiva ante la pandemia de covid-19, se manifestaron en la avenida Álvarez de esta capital, misma que bloquearon como forma de presión para que las autoridades los escucharan.
A nombre de los quejosos, Abril Cruz, expuso que son más de 500 familias que viven de lo que se genera en torno a los salones de fiestas, pues no se trata sólo del arrendamiento del inmueble, sino también de los meseros, cocineros, animadores, fotógrafos, decoradores, floristas y muchos más que tienen una fuente de empleo a partir de los eventos sociales.
Tres horas después de iniciada su protesta, al sitio se presentó una columna de elementos de la policía estatal con equipo anti-motín que se formaron frente a ellos y empezaron la acción de desalojo.
Los manifestantes forcejearon con los uniformados durante algunos minutos, les gritaron insultos y se presentaron algunos conatos de golpes, pero finalmente decidieron retirarse para que no hubiera más agresiones.
Abril Cruz justificó que la protesta se realiza por la desesperación que tiene de no encontrar el sustento familiar, agregó que el año pasado se les impidió trabajar alrededor de siete meses y con ello se fueron a la quiebra muchas empresas porque no tuvieron el capital para mantener el salario de empleados, el mantenimiento de los espacios y el sostenimiento de sus familias.
“Hoy todos los días recibimos llamadas de los empleados que fueron despedidos para pedirnos trabajo, porque necesitan un ingreso para darle de comer a sus familias, pero no tenemos cómo generar, aunque sea un poco para mitigar esa necesidad”.
Por ello como gremio de trabajadores en torno a eventos sociales decidieron realizar esta manifestación y pedir al gobernador, Héctor Astudillo Flores que les conceda una audiencia en la que puedan explicarle de frente la situación por la que están atravesando y se busquen mecanismos para resolver el tema.
“Nosotros no estamos pidiendo que el dinero nos de dinero, para solventar las necesidades, porque no nos va a dar 100 o 200 mil pesos a cada uno para poder salir adelante, con todo el gasto, lo que pedimos es que nos dé una oportunidad de trabajar, de abrir, aunque sea con una capacidad reducida del 30 por ciento como se venía haciendo durante el semáforo naranja”.
Finalmente señaló que con la negativa de que los salones de fiestas puedan trabajar lo que se genera es que se ponga más en riesgo a la población, “las fiestas se están haciendo en garajes donde se amontonan las personas sin ninguna medida de sanidad, es mejor que haya espacios adecuados, limpios y ventilados para esas fiestas que hacerlas casi en la clandestinidad”.