Aunque pareciera una actividad en decadencia, el oficio de restaurador de imágenes religiosas sigue siendo muy requerido especialmente en esta época de navidad en que se requiere dar un buen aspecto a la representación del Niño Dios, que siguiendo la tradición católica será acostado el día 24 de diciembre y levantado el seis de enero.
Don Carlos Bustamante Terrero junto a toda su familia desde hace más de una década se dedica a la restauración de arte sacro y prácticamente se ha especializado en los Niños Dios, mismos que reconstruye sea cual sea el daño que presenten.
Durante esta temporada el gobierno municipal le permite instalar una mesa y sus herramientas en el callejón que se forma a la salida del paso a desnivel, paga 100 pesos semanales por concepto de pisaje y cobra entre 20 y 200 pesos por la restauración de una imagen dependiendo del daño que presente.
“Aquí me han traído imágenes que tiene mucho valor sentimental para las familias, imágenes que fueron talladas en madera a mano y que tiene más de un siglo en una familia, estas por los años se deterioran y pues hacemos todo lo posible para que rescate lo que exista y completar lo que falte”.
El artesano nos mostró la imagen de un niño Dios de unos 15 centímetros de largo, nos relató que la familia poseedora de la imagen se lo llevó porque ya sólo era una fracción del torso y por separado otra fracción de la cabeza, esas piezas se integraron y el resto se reconstruyó con yeso.
“Buscamos darle la forma de acuerdo a la imagen que es porque no todos son iguales, y los antiguos que eran hechos a manos son más particulares”.
El oficio, dijo, lo aprendió viendo y ayudando a unos señores que lo hacían en su tradicional barrio de san Mateo, con el paso de los años el decidió dedicarse a hacerlo por su propia cuenta y en ello involucro a toda la familia, “lo hacemos porque nos deja algo, de ingreso, pero más por el amor que tenemos al Niño Dios”
Señaló que los modelos nuevos de Niños Dios son más difíciles de reparar porque el material que traen es muy delgado y cuando se rompen se dificulta para poder repararlo, entonces si el daño es mayor puede ser más barato comprar una nueva imagen que repararla pero si los dueños obligadamente quieren el mismo pues se hace todo lo posible por la restauración.
Finalmente comentó que debido a la pandemia de Covid-19 la demanda ha sido escasa, pues mucha gente no quiere salir de sus hogares y prefiere dejar las restauraciones para el siguiente año, a pesar de eso han llegado muchas personas a solicitar sus servicios y al menos le ha permitido obtener ingresos para el sostén familiar.