Una docena de soldados y dos policías estatales que viajaban en un convoy militar, fueron liberados tras una larga negociación con funcionarios federales y estatales en el poblado de Petaquillas, perteneciente al municipio de Chilpancingo. Un grupo de funcionarios que acudieron a dialogar con los lugareños, también fue privado de la libertad.
En esta localidad y en la capital del Estado, fueron calcinados cinco unidades del transporte público y se instaló una Base de Operaciones Mixtas (BOM) para dar garantías a la población y reanudar el servicio de transporte que se suspendió todo el martes afectando a miles de ciudadanos.
Fuentes de seguridad pública del Estado, informaron que el personal de ambas instancias se trasladó a la zona ubicada en parte alta en cinco patrullas militares, donde viajaban dos policías de la secretaria de Seguridad Pública de la entidad. Según los lugareños, los militares hicieron disparos y habrían quemado una casa, situación que no se confirmó por las autoridades.
En el área, los uniformados fueron rodeados por los pobladores y luego retenidos en un camino de terracería. El lugar es controlado por la “Policía Ciudadana de Petaquillas”, presuntamente vinculada con el grupo delictivo denominado los “Ardillos”.
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Hasta ese sitio, arribó el director general de Gobernación, Francisco Rodríguez Cisneros, quién junto con funcionarios estatales y de seguridad, dialogaron por más de 3 horas con los lugareños en busca de liberar a los militares y policías, sin lograr el cometido.
Antes, al poblado llegaron decenas de efectivos de la Secretaria de la Defensa Nacional, Guardia Nacional, policías estatales y ministeriales para realizar labores de vigilancia e investigación sobre lo ocurrido en la madrugada e identificar al o los implicados en la quema de unidades del servicio público de transporte. Los lugareños cerraron con neumáticos los accesos para que no ingresaran las autoridades.
Desde el mediodía, el acceso principal al poblado fue obstruido por integrantes de la guardia civil que opera en el sitio para impedir el paso de las unidades artilladas militares.
A las 12:30 de la mañana, trascendió la retención de los militares y después el hecho fue confirmado y en el tramo que conecta a Chilpancingo con Petaquillas, se instalaron retenes a cargo de la Guardia Nacional y de la Marina.
Los pobladores de Petaquillas exigen que se instale un retén de la guardia civil en la carretera México-Acapulco para controlar la vigilancia en el lugar y evitar que se continúen registrando hechos delictivos.
Uno de los integrantes de la Guardia Civil de Petaquillas, quien se identificó como Ramiro Salgado, dijo que dialogaron en la asamblea con las autoridades a quienes les recordaron que tenían un acuerdo previo que les impedía la entrada de las autoridades de seguridad pública de los tres niveles de gobierno.
Mencionó que debido a la violación de este compromiso, se realizó la retención de los soldados y policías estatales para retomar el acuerdo y evitar la presencia de las autoridades, porque se sienten más seguros con la llamada Guardia Civil.
Más tarde se informó que otro acuerdo que demandaban los pobladores es que se permitiera instalar otra vez el retén sobre la carretera federal para dar seguridad a su poblado, situación que fue rechazada por las autoridades.
Cerca de las seis de la tarde con 30 minutos, llegaron unos 50 marinos para respaldar las acciones y liberar a los retenidos.
Antes, a las cinco y media, llegaron unos 400 policías antimotines del estado que se sumaron a un grupo similar que ya hacía presencia en el lugar con apoyo de la Guardia Nacional en la entrada de Petaquillas, donde además sobrevoló un helicóptero para rescatar a los soldados y uniformados, luego de que pobladores se negaron a dejarlos salir porque violaron un presunto acuerdo de que no debían ingresar a este territorio.
Casi a las nueve de la noche, se conoció que las negociaciones habían avanzado, tras un diálogo de casi tres horas en el que participó el secretario de seguridad Evelio Méndez, personal de la Guardia Nacional y otras instancias, por lo que a la hora citada, los antimotines empezaron la retirada.
Al momento de iniciar el retorno al cuartel, los pobladores lanzaron piedras, palos y diversos objetos en contra de los policías antimotines, militares y efectivos de la Guardia Nacional.
