A Juan la poliomellitis que lo infectó cuando tenía 23 años le cambió la vida, paso de ser un joven atlético, dedicado al trabajo de comerciante y conductor de un camión de carga a permanecer mantenerse postrado en una silla de ruedas, pero lo que la enfermedad no pudo cambiar fue su espíritu de lucha, dedicación y solidaridad con las personas más desprotegidas, y gracias a ese trabajo hoy logró ser visto por un partido político y se convirtió en regidor de la comuna de Chilpancingo.
Juan Valenzo Villanueva, nació en la comunidad de Coaxtlahuacan perteneciente al municipio de Mochitlán, cuando tenía un año de edad su familia migró a Chilpancingo para buscar mejores oportunidades de vida, “mis abuelos querían que mis tíos estudiaran y por eso toda la familia se vino a la capital.
“Mi familia ha sido gente de trabajo, es reconocida por eso y siempre seguiremos así, trabajando donde nos toque estar, ya sea en la regiduría como estamos hoy o tronando los Chicharrones en el cazo que es de lo que he mantenido a mi familia y sacado adelante a mis hijos”.
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Las secuelas de la poliomelitis que le causaron una parálisis total de las piernas, podrían ser consideradas como una mala suerte, sin embargo Juan Valenzo, recapacita y dice que fue un mensaje que le envió dios para que él encauzara sus esfuerzo de luchar por la dignidad de quienes tiene una discapacidad, “son 22 años de lucha, 22 años que decidimos encauzar los esfuerzos para que las personas con discapacidad tuvieran una oportunidad de vida”.
En su lucha, logró hace muchos años que las personas con discapacidad fueran tomadas en cuenta y todos los edificios públicos, parques, calles y plazas, tengan acceso mediante rampas para discapacitados, “tuvimos muchos problemas porque se construyeron mal y muchas las demolieron para hacerlas con la pendiente correcta” recordó de ese movimiento que enarboló hace casi dos décadas.
Resaltó que aún falta mucho por hacer en esta lucha por el respeto de los derechos de los discapacitados pues aún existe resistencia de particulares para instalar rampas como es el caso de algunas instituciones bancarias.
“Tenemos rampas que se colocaron en la calle pero adelante se tiene postes de teléfono obstruyendo el paso y eso hace falta revisarlo, corregirlo y establecer vías de paso para las sillas de ruedas y personas que usan aparatos para su movilidad”.
Su lucha permitió que el gobierno del estado creara un programa de apoyo para personas con discapacidad que en gobiernos como el de René Juárez y el de Ángel Aguirre se tuvo apoyos con proyectos productivos en los que ayudaban a crear pequeños comercios o detonan actividades para el auto sostenimiento, “hoy tenemos a muchos compañeros que sobreviven aún de esos proyectos”.
Lamentablemente Héctor Astudillo quitó todos esos apoyos y sólo dejó el apoyo del programa social en el que se le otorgan mil pesos mensuales a cada discapacitado, pero no hay apoyos para que puedan poner una taquería, una tienda de abarrotes, u otro proyecto que le dé sostenimiento permanente.
Recordó que un programa que se logró en el gobierno de Ángel Aguirre fue el transporte especializado para personas con discapacidad pero las camionetas fueron retiradas del servicio en el gobierno de Héctor Astudillo y utilizadas para el transporte de personal porque la señora Mercedes Calvo consideró que no era rentable ayudar a quienes usan aparatos para caminar.
Juan no es ningún improvisado en la lucha y aseguró que con mucha dignidad seguirá pugnando por abrir espacios de oportunidad para los discapacitados, hoy desde la regiduría y si eso significara estar en desacuerdo con la presidenta o el demás cabildo tendría que enfrentarse a ellos porque su vida es de lucha y no la dejará.
“Yo no tengo un padrino político al que tenga que rendir cuentas, tengo 20 mil padrinos que son los discapacitados que se tiene en Guerrero, tengo tres mil padrinos que son los adultos mayores que tenemos en la organización y por los que hemos luchado para que tengan una pensión digna y que el dinero que se etiqueta para ellos sea utilizado de forma correcta”.
“Mis piernas están paralizadas, pero mi cabeza piensa de forma correcta y mi corazón late todos los días para guiarme hacia mis hermanos las personas con discapacidad que requieren de un apoyo”.
Finalmente Juan Valenzo indicó que sabe que su paso por el ayuntamiento es efímero, que estará sólo tres años en ese lugar y después tendrá que regresar a seguir atendiendo su negocio, tronando y vendiendo el Chicharrón, “yo no voy a salir rico del ayuntamiento eso es algo que te puedo asegurar, voy a regresar aquí igual que hoy y tú igual que todos los adultos mayores y discapacitados seguirán siendo mis amigos, mis compañeros de lucha y mi razón de seguir adelante”.