Dirigentes de la CTM agremiados al ramo de la Construcción e integrantes de la CMIC en Guerrero, lamentaron la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos del 10 y hasta el 25 por ciento al acero y el aluminio, y consideraron que esta medida radical afectará principalmente a los estados del Norte del País, donde esta industria es poderosa como Nuevo León, Chihuahua y Baja California, principalmente.
Asimismo, los constructores reconocieron que habrá consecuencias en todo el país, pero exigieron al gobierno mexicano implementar acciones similares a los productos que llegan de Estados Unidos y pidieron a los ciudadanos que no consuman lo que llega del país vecino, para pagarles con la misma moneda.
Sebastián Gallardo Sánchez, cetemista y quien lleva 25 años en el ramo de la construcción, consideró que se trata de una medida radical por parte del presidente Donald Trump, y que la CTM a nivel nacional se reunirá esta misma semana para tomar medidas como dejar de comprar maquinaria o herramientas que llegan de Estados Unidos a México o que se mandan a pedir a ese país.
“Es un error de parte del gobierno de los gringos, porque esto es un golpe a la economía de los mexicanos, pone en riesgo a miles de trabajadores y empresas que se dedican a la venta de acero y aluminio, porque se trata de un impuesto elevado que no estaba contemplado en las cuentas para cerrar este año 2018”, expresó.
Por su parte, el ingeniero Carlos Alberto Soto López, integrante de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), reconoció que esta medida traerá posiblemente aumento en los precios de los productos derivados del acero y el aluminio, y no es una buena decisión de Estados Unidos, mucho menos en estos tiempos electorales.
“Esperemos que se dé marcha atrás a esta medida, porque para nosotros que utilizamos acero y aluminio será complicado, pero la producción más grande de esto está en el norte del país, ojalá y el gobierno de la República, sea enérgico y que les afecte como lo están haciendo con nosotros, no podemos dejarnos humillar por el país vecino”, señaló.
Ambos entrevistados, señalaron que otros de los productos que vende México a Estados Unidos y que se verán afectado es el metal que utilizan para la elaboración de automóviles y armas, por lo que a partir de este primero de junio habrá problemas en la economía mexicana y depende mucho de la respuesta que dé este país hacia los vecinos americanos.