Tras afirmar que el primero de julio la coalición PRD-PAN-MC ganará con Ricardo Anaya Cortés la presidencia de la República, el senador Gerardo Priego Tapia, representante del candidato de la coalición “Por México al Frente”, afirmó que aquí hay sólo de dos sopas en este país, “la nuestra que huele a futuro y la otra, que huele a pasado, que huele a podrido”, en referencia a Morena.

En conferencia de prensa que ofreció al lado de Jesús Ortega Martínez, coordinador de la comisión política de Ricardo Anaya, así como de todos los candidatos de la coalición “Por México al Frente”, dijo que Guerrero está harto de vivir con estos hoyos oscuros, producto de la pobreza y violencia, que abarca también a todo el país.

Indicó que de acuerdo a reportes del Coneval, Guerrero es uno de los tres estados que vive en la pobreza extrema, pero también el Sistema Nacional de Seguridad señala que esta entidad tiene un problema grave de feminicidios, homicidios, extorsión y robo de vehículos.

Por eso su propuesta de candidatos tiene que ver que se sumen al próximo presidente de la República, Ricardo Anaya, para que, junto con las autoridades locales del estado de Guerrero, puedan trabajar para superar estos grandes problemas, principalmente en materia de seguridad, en la generación de empleos y la corrupción, que es lo que más les preocupa a los guerrerenses.

Por su parte, Ortega Martínez anunció que entra la segunda fase nacional de la campaña presidencial y tiene un valor especial el voto útil, que va a decidir una de las dos opciones que existen en el país, “arriba del ring no hay más que dos competidores por la presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya Cortés, entre estos dos está la definición de la presidencia de la República”.

Sin embargo, añadió que sólo con Ricardo Anaya se respira a un México con futuro, un México del Siglo XXI, un México con perspectiva de bienestar para el conjunto de la población, mientras que López Obrador lo que refleja es el México del pasado, en la política económica, intenta el desarrollo estabilizador que se puso en práctica en los años 50 y ahora habla de la alianza para el progreso, que fue la estrategia norteamericana en contra de las insurgencias populares en América Latina.

Además, plantea lo anacrónico, lo desfasado, una regresión a viejos tiempos del gobierno concentrado en un solo individuo, en un solo partido y este régimen político ya no funciona en México, las evidencias son suficientes y este régimen concentrador del poder no va a funcionar para dar respuesta a los grandes problemas nacionales.