Miembros de organizaciones feministas protestaron en las instalaciones del Congreso del Estado para exigir a los legisladores que se pongan a trabajar y lleven al pleno tres iniciativas de ley que se conocen como la “Ley Olimpia”, con la que se busca reformas que repercutan de manera positiva en materia de seguridad y erradicación de violencia de género, en la modalidad virtual o digital.
Las mujeres realizaron bloqueos a las puertas del poder legislativo y a la avenida Trebol sur frente al palacio legislativo a pesar de ello no pudieron lograr que una comisión fuera recibida por los integrantes de las comisiones que tiene a su cargo las iniciativas de ley.
Las feministas exigen la aprobación de la Ley Olimpia en la que se plantea reformas a la Ley 553 “de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia” y en esta se tendría que reconocer como delito la violencia digital, para ello la reforma alcanzaría también al código penal y en él se busca tipificar como delito la difusión de contenido íntimo sin consentimiento, así como el ciberacoso.
Alrededor de las 10 y media de la mañana el grupo de mujeres llegó al Congreso del Estado y de inmediato instalaron la protesta bloqueando las puertas del recinto, luego colgaron decenas de cartulinas en las que se escribieron las exigencias y pidieron que una comisión fuera recibida por el presidente de la Junta de Coordinación Política Antonio Helguera o al menos con la presidenta de la mesa directiva Verónica Muñoz Parra.
La búsqueda de que se tipifiquen como delito la difusión de contenido sexual sin el permiso de quienes se muestren en él, surgió desde el año 2013 y lo comenzó la joven Olimpia Coral Melo después de ser víctima de un ataque cibernético en el estado de Puebla, y de ahí toma el nombre de Ley Olimpia, este conjunto de iniciativas.
La mujer en el estado de Puebla logró que se modificara la ley y se persiga la violencia sexual cibernética y se castigue con cárcel a quien la realice.
De acuerdo con información de medios poblanos, “Olimpia cuando contaba con 18 años aceptó la grabación de un video por parte de su pareja, meses después su celular fue robado y sus imágenes se difundieron en redes sociales, a partir de ello fue víctima de violencia sexual cibernética en sus modalidades de extorsión, trata virtual, comercio sexual cibernético y persecución.
Después de pasado el trauma inició la lucha por la defensa no sólo de ella sino de todas las mujeres que sufren este tipo de violencia.
