La decisión de aprobar la extinción de los 109 fondos y fideicomisos en la Cámara de Diputados, no solo atenta en contra de programas para atender situaciones de desastres naturales, como ha ocurrido en Guerrero, sino que devela que se pretende concentrar las decisiones presupuestales bajo un manto de discrecionalidad.
El presidente de la Comisión de Seguridad Pública del Congreso local, diputado Heriberto Huicochea Vázquez, explicó que, la desaparición de estos fideicomisos no ofrece una alternativa eficaz o transparente para atender las necesidades de la población o de un estado, porque no garantiza que realmente aterricen con este objetivo y de manera oportuna.
Desde su particular punto de vista, preocupa que, nuestro estado vuelva a ser golpeado por fenómenos naturales, como ya ha ocurrido en el pasado, cuando impactó el huracán “Paulina” o “Ingrid” y “Manuel”, al puerto de Acapulco y que tuvo que ser reconstruido con recursos del Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), hoy ya desaparecido.
El legislador del grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Huicochea Vázquez, lamentó que el argumento principal que se manejó para la extinción de los fondos y fideicomisos, sean los actos de corrupción, pero nunca se presentaron pruebas ni las evidencias, “si existen estas irregularidades que se actué, caso contrario el gobierno se convierte en omiso y cómplice”.
Por tanto, aseguró que le medida es un verdadero retroceso, tal y como ocurrió con el programa del fertilizante, donde hubo fallas y dejo al descubierto que no todos los cambios son buenos, porque no garantiza que con el centralismo de los casi 70 mil millones de pesos garanticen que se distribuyan adecuadamente a los estados.
Por lo pronto, los efectos de la extinción de los fideicomisos ya empiezan a palparse en un estado como Guerrero, donde enfrenta serias necesidades de marginación y pobreza, como ocurre en el sector agrícola, en la educación y en lo que tiene que ver con la investigación, ciencia y la tecnología.
Además, lo que preocupa, es que, con esta política centralista, todos estos programas se conviertan en auténticos “elefantes blancos”, pues recordó que los fideicomisos pueden ser instrumentos útiles y necesarios para destinar recursos y crear reservas para atender ciertas necesidades, “sobre todos aquellas en donde no tenemos certeza de cuándo pueden ocurrir”.