La educación en el modelo por competencias que se ha venido impulsando desde el gobierno de Vicente Fox es un modelo que está dirigido a enajenar las conciencias, a formar ciudadanos serviles, individualistas y con esa forma de educación no hay cambio, señaló el profesor Arturo Miranda Ramírez, quien ha dedicado más de 60 años de su vida a la docencia, desde una postura “crítica y transformadora”, pese a que por ello lo persiguieron y encarcelaron, durante la llamada Guerra Sucia.
Arturo Miranda nació hace más de 80 años en la población de Balsas, misma que dejó de existir porque la inundó el agua de la presa El Caracol, en la zona norte del estado, de joven migró a Chilpancingo cuando contaba con 17 años se sumó a la lucha por la desaparición de poderes en Guerrero y la creación de una Universidad que permitiera la educación para los pobres, esto junto al legendario Guerrillero Lucio Cabañas Barrientos con quien había compartido aula en la Normal de Ayotzinapa.
Lee también: Pasó su juventud en su puesto de tamarindo
“Yo provengo de una familia muy pobre, muy humilde que no tenía posibilidad de pagarme una carrera profesional, por ello mi sueño de ser arquitecto se quedó de lado y afortunadamente pude conseguir una beca en la normal de Ayotzinapa”.
Con el trabajo docente te vas involucrando en los problemas, sociales, en las necesidades y abandono de las poblaciones, todas esas circunstancias que no podemos dejar de ver y que nos hacen tomar acciones para luchar por mejores condiciones de vida.
Don Arturo Miranda fue acusado de pertenecer al grupo Guerrillero que encabezó Lucio Cabañas, también se le involucró en el secuestro del entonces rector de la Universidad Jaime Castrejón Diez, por ello fue perseguido y detenido y sentenciado a 19 años de prisión que no cumplió porque se escapó del reclusorio de Chilpancingo, después lo volvieron a detener en Veracruz, pero logró ser beneficiado con una amnistía y con ello se reinsertó en la sociedad.
En ese momento don Arturo había perdido su plaza de maestro y encontró cabida en la Universidad Autónoma de Guerrero primero como alumno de la escuela de Filosofía y Letras, en la que terminó dos licenciaturas, y ya después en el ámbito laboral donde ha ocupado cargos de responsabilidad como la dirección de la escuela de ciencias de la educación que actualmente dirige.
Su gusto por la educación lo hizo concluir dos maestrías y dos doctorados y a sus más de 80 años aún sueña con seguirse preparando porque concuerda con quienes han dicho que la Educación es el motor del desarrollo, pero esta educación que es crítica y transformadora.
Cuestionado sobre cuál sería el logro o satisfacción que le haya dejado su función como educador, indicó, “Ser maestro es una responsabilidad muy grande porque tenemos en nuestras manos la formación de personas que serán los que definan el futuro y el presente del país, y no podemos formar ciudadanos mal encauzados, sino que tenemos que darle las herramientas para que sean personas pensantes y críticas”.
Sus logros han sido participar en el proceso de construcción el a Universidad Autónoma de Guerrero, en el movimiento transformador de 1972, también en la crisis del 84, cuando el gobierno Federal trató de desaparecer a la Universidad de Guerrero, “he tenido la oportunidad de participar en los procesos transformadores de la Universidad, también en la creación de preparatorias en diversas partes del estado, y carreras profesionales que aún siguen vigentes”.
“Eso me da mucha satisfacción saber que hoy en todos los lugares siempre habrá una carrera para los jóvenes en la Universidad”.
Indicó que hay muchas personas que creen que con la carrera docente se harán ricos económicamente pero están muy equivocados, aquí se harán ricos en satisfacciones, en experiencias, en ideologías. También criticó los estímulos y festejos que hacen los gobiernos en el marco del día del maestro, “los maestros no necesitan que les festejen un día, requieren que todo el año se les estimule para ser mejores, que todo el año tengan un salario digno y opciones adecuadas para desarrollar su trabajo, ese es el reconocimiento que deben tener los maestros”.
