El libramiento de cuota que opera Caminos y Puentes Federales para comunicar Chilpancingo con la Montaña Baja del estado, se encuentra en condiciones deplorables, con asentamientos y derrumbes que son un evidente riesgo para los usuarios y ni siquiera señalización le colocan para advertirlo.
La carretera es la misma en la que el pasado 17 de septiembre un autobús que transportaba normalistas de Ayotzinapa y se generó un accidente que ocasionó la muerte de dos personas que viajaban en un automóvil compacto.
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A la altura del kilómetro 12, aproximadamente a la mitad del camino entre el túnel y la caseta, se encuentra un hundimiento del asfalto de casi un metro y unos 60 metros de longitud.
Previo a este hundimiento el terreno de la carretera el asfalto tiene una zona de terreno irregular que genera una especie de olas y hacen que los vehículos que no son advertidos de las fallas del asfalto, se catapultan entre las fallas.
La carretera fue construida durante el gobierno de Zeferino Torreblanca Galindo con recursos estatales, sin embargo para que tuviera un mantenimiento permanente se decidió entregarla a Caminos y Puentes Federales y de esta forma convertirla en una carretera de cuota en la que actualmente se cobran 25 pesos por el paso de automóviles.
El libramiento tiene una longitud de 20.6 kilómetros y es de solamente dos carriles, y aunque estos son muy amplios, generan la posibilidad de que se presenten accidentes como el registrado hace unos días entre el autobús de pasajeros y un auto compacto.
Desde que la carretera fue entregada a Capufe usuarios manifestaron su inconformidad debido a que la carretera se construyó con recursos públicos, pero se tendría que pagar por usarla lo que significa que el pueblo paga dos veces por la vía y a pesar de ello el estado actual de la carretera es peor que el de la vía libre que comunica a Chilpancingo con Tixtla.